En España se almacenan unos 80.000 embriones congelados sobrantes de reproducciones asistidas. Pero sólo unos 20.000 se congelaron hace cinco años y podrían utilizarse para la obtención de células madre, una herramienta muy prometedora para la cura de la diabetes y de enfermedades neurodegenerativas y cardiovasculares.

El censo, facilitado ayer por Rafael Matesanz, director del Centro Nacional de Trasplantes y Medicina Regenerativa, está muy lejos de los 200.000 estimados el pasado año por la ministra del PP Ana Pastor.

Matesanz, que tutelará la investigación con células madre obtenidas de los embriones, atribuyó el desfase a que aquellos cálculos fueron realizados extrapolando datos del Instituto Valenciano de Fertilidad (IVI) y de la clínica Dexeus, que concentran el grueso de este material biológico.

La reforma de la ley de reproducción, en el 2003, dejó en manos de las parejas de las que procedían las células la decisión de donar o no los embriones para investigar. Según Matesanz, se prevén cuatro centros coordinados de investigación en Barcelona, Granada, Valencia y Madrid.

El investigador del Instituto Salk de California Juan Carlos Izpisúa, que podría venir a trabajar a Barcelona, se mostró partidario de reformar la ley para ampliar a más de 10 los tres óvulos por ciclo que como máximo pueden crear ahora las clínicas de fecundación. "Permitiría destinar los sobrantes a la investigación sin necesidad de pasar por la descongelación. Desconocemos cómo puede afectar este proceso a la diferenciación de las células", advirtió Izpisúa.

Matesanz e Izpisúa calcularon que habrá que esperar al menos cinco años para obtener resultados médicos prácticos de las terapias con células madre.