Le golpearon con una barra de hierro, le quemaron el pelo, le orinaron encima y le arrollaron con una moto. Los hechos ocurrieron el domingo por la tarde en las pistas deportivas de un colegio de la localidad de Ermua (Vizcaya). La víctima es una adolescente de 15 años, y los agresores, varios compañeros. La menor fue dada de alta ayer, tras permanecer 10 días en el Hospital Donostia de San Sebastián, donde fue operada de un ojo.

La Ertzaintza ha abierto una investigación para esclarecer los hechos. Según el Departamento de Educación vasco, solo hubo una agresora. Se trata de una chica de 16 años con "serios desajustes familiares" y sujeta a una medicación, que no suele seguir. La misma fuente ha revelado que esta alumna, que ha sido expulsada del centro educativo de Iniciación Profesional de Mallabia, amenazó la semana pasada con suicidarse. Por su parte, la víctima es hiperactiva "y su relación con otros alumnos es conflictiva". El juez ha decretado el secreto sumarial.

TESTIGOS INDIFERENTES Según los familiares de la agredida, la riña ocurrió ante la indiferencia de varios testigos. Solo un joven salió en su ayuda, pero también fue golpeado. Cuando finalizó la pelea, caminó hasta casa sangrando por la boca, los oídos y la nariz, así como con contusiones en la espalda y graves lesiones en un ojo. Los padres, que han presentado una denuncia, la trasladaron a un ambulatorio, que la derivó al hospital.

El departamento de Educación informó de que la semana pasada comenzó las gestiones para clarificar lo sucedido y hacer un seguimiento de ambas alumnas junto con los servicios sociales del ayuntamiento.

El alcalde de esta localidad, Carlos Totorika, deseó ayer que las responsabilidades en la brutal paliza a la joven sean "depuradas hasta sus últimas consecuencias" porque cualquier agresión "es inaceptable e injustificable". También hizo un llamamiento a mantener la "prudencia" sobre estos hechos porque implican a menores y porque el juez ha decretado el secretario de sumario, y emplazó a respetar la "privacidad e intimidad personal" de los implicados.

El consejero de Justicia, Joseba Azkarraga calificó, por su parte, la agresión de "barbaridad" y descartó que fuese un caso de acoso escolar, informa Efe.