Los europeos emigran actualmente en un porcentaje muy reducido hacia otros países de la Unión Europea (UE), pero cuando lo hacen es principalmente por amor, según revela el estudio comparativo Pioneur presentado ayer por la Comisión Europea y coordinado por la Universidad de Florencia. El 29,7% de los encuestados afirmó que los motivos que le impulsaron a emigran fueron el amor y la familia, un porcentaje ligeramente superior al 25,2% que emigró en busca de oportunidades de trabajo.

La obtención de una mejor cualidad de vida, con el 24% del total, es el tercer motivo para emigrar, seguidos del estudio (7%) y razones diversas (13,1%). El estudio realizado en Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y España a través de entrevistas con 5.000 residentes extranjeros muestra que los motivos extralaborales son el principal motor de la emigración intraeuropea, a diferencia de lo que ocurrió en el pasado.

Variedad por sexo

Las diferencias entre hombres y mujeres aún son marcadas en las motivaciones migratorias. El 37,4% de las mujeres emigró por amor o para mantener la familia unida y sólo el 17,6% lo hizo por el empleo. En el caso de los hombres, el principal motivo son las oportunidades laborales (33,1%).

Los emigrantes europeos actuales son una minoría muy reducida, pero muy móvil. Sólo el 2% reside en otro país de la UE diferente del de su nacionalidad, según los datos oficiales. Sin embargo, la mitad de los encuestados explicó que ya había vivido en el extranjero con anterioridad y para el 26,5% era su tercera experiencia migratoria.

Los programas de intercambio universitario, como el Erasmus, son uno de los factores que más fomentan la nueva emigración europea, que ha cambiado sustancialmente en su composición social. La antigua emigración de trabajadores poco cualificados del sur hacia el norte ha sido sustituida por emigrantes jóvenes mejor educados y altamente cualificados hacia Gran Bretaña y Francia y por un creciente flujo de jubilados de los países del norte hacia el sur, en especial hacia España, en busca de una mejor calidad de vida. La emigración de carácter manual se orienta prioritariamente hacia Alemania y el menor nivel educativo corresponde a los emigrantes italianos.

La mayoría de los nuevos emigrantes proceden de la clase alta o media elevada y componen una forma de circulación intraeuropea de la nueva élite. No obstante, los españoles destacan por su capacidad de transformar su emigración a Europa en una ascensión social, en comparación con su familia y con el puesto de trabajo previo, destaca el informe.

Los españoles son quienes sufren más la nostalgia de su país y de su estilo de vida, mientras que alemanes, franceses y británicos echan de menos la cultura cívica de sus países. Los alemanes y británicos, que son los emigrantes de mayor edad, tienden a vivir en círculos cerrados en España, como ocurre con los emigrantes italianos en Alemania. Los franceses son quienes tienen tendencia a tener un mayor porcentaje de amigos del país de acogida.

Los nuevos emigrantes no destacan por su domino de las lenguas extranjeras, a excepción del inglés para los que se han desplazado a Gran Bretaña. Los británicos son quienes menos se esfuerzan.