No otra vez. El pensamiento recorrió ayer como un relámpago EEUU cuando empezó a extenderse la noticia de otra explosión de una plataforma de petróleo y gas en aguas del golfo de México, las mismas que durante meses ha contaminado el vertido de BP que ha asestado un duro golpe medioambiental y financiero a toda la región.

Esta vez no hubo pérdida de vidas humanas. Si en el estallido de la Deepwater Horizon el pasado 20 de abril murieron 11 personas, ayer los 13 trabajadores de la Vermilion Block 380, que saltaron con sus trajes de seguridad al agua, fueron rescatados por un barco civil y más tarde trasladados en helicóptero a un hospital de Houma, en Luisiana.

Lo que sí empezó a extenderse pronto fue el temor a otro vertido y aunque al cierre de esta edición había noticias contradictorias, el accidente reavivó fantasmas y reactivó las voces críticas con las perforaciones, cuya actividad ha congelado en el golfo tras el vertido de BP la Administración de Barack Obama solo en el caso de las plataformas que operan en aguas profundas (lo que explica que siguiera en funcionamiento la accidentada ayer, que perfora varios pozos a 100 metros de profundidad).

Bobby Jindall, el gobernador de Luisiana, dijo que Mariner Energy, la empresa propietaria, le comunicó que la plataforma operaba siete pozos y que todos se cerraron poco después de que empezara el incendio.

Bill Coklough, un portavoz de la Guardia Costera, aseguró que se había avistado una mancha en el agua de 1,6 kilómetros de largo y 30 metros de ancho cerca de la plataforma en la que se detectó un incendio poco después de las nueve de la mañana y que seguía activo seis horas después, pero no pudo asegurar si la mancha provenía de algún pozo o del petróleo y el gas almacenados en la plataforma, que tiene capacidad para extraer más de 1,1 millones de litros de crudo y 260.000 metros cúbicos de gas al día. Mientras, Mariner negó que hubiera un vertido. También la compañía y las autoridades dieron versiones diferentes sobre la posibilidad de que uno de los trabajadores estuviera herido.

La Vermilion Block 380 está situada a 130 kilómetros de la costa de Luisiana, a unos 320 kilómetros al oeste de la Deepwater Horizon. Datos federales la identifican como escenario de cuatro accidentes desde el año 2000, dos de ellos incendios. Y no es la única instalación problemática de Mariner Energy.

Según publicó ayer el Houston Chronicle , las plataformas de esta compañía han sufrido 13 accidentes en los últimos cuatro años, y en siete de esos incidentes detectó posibles violaciones de seguridad el Servicio de Gestión de Minerales, transformado tras el accidente de BP en la Oficina de Gestión, Regulación y Aplicación de Energía Oceánica.

Tanto ese historial como el accidente de ayer alimentaron las denuncias de los medioambientalistas contra la situación.