Una nueva tragedia minera en Ucrania se ha cobrado 63 muertos, que pueden ser bastantes más puesto que hay aún 37 desaparecidos. La explosión en la cuenca minera de Donetsk, ocurrida la pasada madrugada, vuelve a plantear a las autoridades los problemas de una industria obsoleta que paga con dos muertos cada millón de toneladas de carbón que extrae. Entre enero y julio, en las minas ucranianas se han registrado unos 150 muertos y casi 6.000 heridos. "Hasta ahora, en Donetsk, no se han encontrado todos los cadáveres", declaró Andréi Kliúyev, viceprimer ministro de Ucrania y jefe de la comisión que investiga las circunstancias de la tragedia. De los rescatados, han tenido que ser hospitalizados 26, uno en estado muy grave.

La explosión se produjo en la mina Aleksandr Zasiadko, de la referida cuenca hullera, en el este del país, pocos minutos después de las tres de la madrugada y a una profundidad de 1.078 metros. En el momento de la explosión, en la mina trabajaban 457 personas, de las que se ha conseguido evacuar a 359.