Fue una boda rara, con más periodistas que invitados, un reverendo que confirma que se sacó el título por internet, una hora singular --las 15.30 horas--, una congregación casi creada para la ocasión --el culto de San Sebastián-- y cierto tufo a promoción hotelera y a pamplina balinesa. Lo que para Gary Witt y David Witt fue sin duda el día más feliz de sus vidas --o eso al menos pareció-- podría haber sido un acto más del Carnaval de Gran Canaria y no habría pasado nada. Pero alguien pensó que esa boda podría hacer historia: el primer enlace gay de carácter religioso que se celebra en España. O el segundo, da igual, porque dicen los lugareños que un turoperador montó otra cosa parecida en las islas hace ya unos años.

"Son mis mejores amigos y quería casarlos yo", reconoció ayer el reverendo Paul Gibson a las puertas de la capilla de San Lotario, en el lujoso complejo hotelero Mogán Playa. "Y sí, me saqué el título por internet, en la web www.universallifechurch.com, pero ¿quién dice que es mejor sacárselo en un seminario? Esta es una boda diferente y rompedora, y es eso lo que ha molestado a alguna gente". Si algún hito histórico ha marcado este enlace es la asistencia y colaboración de un miembro del PP, contrario no solo al matrimonio gay por la Iglesia, sino por cualquier otra vía. Ignacio Casteleiro, que se presentó como número dos del partido de Rajoy en la lista a la alcaldía de San Bartolomé, aunque no salió elegido, ha sido el abogado que ha ayudado a Gibson a inscribir su orden y celebrar la boda. "Estoy aquí porque son mis clientes", dijo.

SIN BENDICION PATERNA Dicen que también Paco González, el alcalde popular de Mogán, ha felicitado en privado a los novios: Gary Witt, bailarín aficionado, y David Witt, cantante también aficionado, ambos de entre 40 y 50 años, de nacionalidad británica y residentes en Canarias desde hace cuatro años. Ninguno de sus padres asistió al enlace, pero eso no parecía preocuparles demasiado. "Nos hemos casado por amor y en el día de los enamorados", dijo un sollozante David. "Ahora solo pensamos en nuestra luna de miel. Paseremos la noche en el Playa Amadores y luego recorremos las islas en el yate Passion blue ", desveló Gary, quién sabe si también promocionando algo. Por allí andaba, con su pamela roja y sus tacones blancos, la dueña del barco.

Aún embutido en la casulla y quejándose de un calor "no apto para cristianos", Gibson explicó el contenido de su homilía: "He hablado del amor, de las relaciones humanas, nada de política. Los apóstoles eran todos hombres y amaban todos a Jesucristo", dejó caer. A la ceremonia asistieron algo más de una veintena de personas, entre ellas el ufano Ingo Sierich, director del complejo hotelero Mogán Playa, un mastodonte de cemento dividido por frondosos jardines tropicales, ocupado casi exclusivamente por extranjeros del primer mundo, como en casi todo el sur de la isla. "Estas cosas siempre vienen bien", acertó a decir. Mientras la Iglesia anglicana en Gran Canaria se ha desvinculado de esta boda.

Gary y David, el nuevo matrimonio, eran muy conocidos en Maspalomas, epicentro de la numerosa y activa comunidad gay canaria, que anoche se lanzó a la calle en su noche grande de Carnaval.