El restaurador Eustaquio Blanco ha reunido, durante tres días en Cáceres, a los antiguos alumnos de la Escuela Oficial de Hostelería y Turismo de Madrid y les ha dado una vuelta por la mejor gastronomía de la región. En total han venido unos 70 hosteleros que han recorrido, de plato en plato, Guadalupe, Trujillo, Mérida, Plasencia, Olivenza o Cuacos de Yuste.

Juan Morales es de Madrid, ahora está jubilado pero durante muchos años dirigió un hotel. Entró en la primera promoción, en el 59 , "por aquellos tiempos había internado", y desde entonces han cambiado mucho las cosas: "ahora se quiere enseñar muy rápido, y esta es una profesión que necesita mucha dedicación, casi nunca se sabe servir correctamente un vino, ni aconsejar con qué va bien".

José Luis Vivar tiene un hotel en el Valle de Arán, allí preparan la olla aranesa , "un plato que antes era de los pobres y ahora lo toman los ricos". Han estado en el restaurante La Abadía, en Cuacos de Yuste, "que es un sitio precioso", comenta Vivar, y allí, el chef Rubén Hornero les preparó una sopa de picadillo "y una caldereta de cabrito que era excelente".

José Luis Jiménez tiene un restaurante en la sierra de Guadarrama donde tiene muy buena carne, "de cordero lechal". Jiménez destacó las exquisitas materias primas que hay en Extremadura. "Me han sorprendido mucho algunos postres que no había visto nunca, como la técula mécula de Olivenza".

Ya en Cáceres, Eustaquio Blanco, afamado cocinero de la capital, agasajó a sus invitados en su nuevo restaurante con un plato de solomillo de corzo con una salsa a las uvas.

Tras tres días en Extremadura, disfrutando de los mejores productos de la tierra, que sin duda utilizarán en sus fogones, los comensales hacen ya la digestión en sus lugares de origen.