Las vacas locas han vuelto a ser noticia ocho años después de que estallara la crisis, causando un gran revuelo en el ámbito sanitario. El laboratorio de referencia del Hospital de Alcorcón (Madrid) del Ministerio de Sanidad confirmó ayer la muerte en la provincia de León de una mujer de 40 años y un hombre de 51 por la variante humana de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. Como hace dos años y medio, cuando se registró la primera víctima, una joven madrileña de 26 años, no se han facilitado las identidades ni el origen exacto de los fallecidos. Un cierto secretismo hasta la confirmación mediante la autopsia también ha llevado a que el reconocimiento se produzca mucho después de producirse los óbitos.

La mujer, que falleció el 28 de diciembre en el Hospital de Salamanca, vivió un tiempo en el Reino Unido en un periodo en el que presumiblemente pudo contraer la enfermedad tras ingerir carne contaminada. El hombre murió el 7 de febrero en el complejo hospitalario de León. Consumía con frecuencia sesos de ternera --cuya venta está prohibida--, afirmaron fuentes de Salud Pública de Castilla y León.

HASTA EL 2012 Los ministerios de Sanidad y Agricultura y las consejerías castellanoleonesas hicieron un llamada a la tranquilidad respecto al consumo de carne e insistieron en que los contagios se produjeron por haberla consumido antes de que el Gobierno español y las autoridades europeas tomaran medidas. "Se trata de casos esporádicos. No existe riesgo epidemiológico para la población", subrayó el departamento que dirige Bernat Soria, al tiempo que no consideró necesaria ninguna otra actuación más allá del entorno de los fallecidos porque los casos "estaban dentro de lo esperado desde hace años", en que empezaron a aparecer algunos afectados en Europa.

ºLa ministra de Agricultura, Elena Espinosa, recalcó las "absolutas garantías" de la carne de vacuno que circula por el mercado español y comunitario, y los controles sanitarios y el seguimiento que impide la comercialización de animales infectados por el prión, proteína mutada que se acumula en el cerebro

No obstante, el director general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, Manuel Oñorbe, admitió que "puede darse algún caso esporádico más". Lo cierto es que se desconoce si hay más enfermos, ya que este tipo de dolencia --que afecta al cerebro y durante los últimos meses impide a las víctimas andar, hablar, comer y razonar-- no se puede diagnosticar hasta que se produce el fallecimiento y se lleva a cabo la autopsia del cerebro.

Pese a los controles veterinarios, en España siguen descubriéndose terneras infectadas. Desde el 2000 se han detectado en distintas comunidades, incluida Extremadura (18) --con Galicia (272) y Castilla y León (175) a la cabeza de la lista--, un total de 713 vacas enfermas. Estos animales no han pasado a la cadena alimentaria.

"No hay que alarmarse. Lo más probable es que ambas víctimas fueran contaminadas hace ocho años", calculó Juan José Badiola, director del Centro Nacional de Referencia de Encefalopatías Espongiformes Transmisibles. Los expertos advirtieron de que el periodo que tarda en manifestarse puede superar los 10 años. "Quedan unos cuatro años, hasta el 2012, en los que es posible que aparezcan nuevos casos", admitió Badiola.

CUARTOS EN EUROPA Alberto Rábano, jefe de la unidad de Neuropatología de la Fundación Hospital de Alcorcón (Madrid), centro de referencia de estas patologías y que ha confirmado los tres casos españoles, también consideró que no sería "raro" que aparecieran más, si bien apuntó que las cifras en Europa siguen siendo "muy bajas"!.

España se sitúa en el cuarto puesto de este registro, controlado por la Comisión Europea. El mayor número de víctimas mortales registradas corresponde al Reino Unido. Francia, con un modelo alimentario muy similar al de España y la importación de piensos británicos contaminados hasta el año 1997, ocupa el segundo lugar con 23 casos mortales. Entre el resto de los países, solo Irlanda ha sumado cuatro muertes.