Pasan los días y crece la angustia de la familia de Nathaly Salazar Ayala, la joven mochilera española de origen ecuatoriano que lleva desaparecida desde el pasado 2 de enero en Perú. La obsesión de su hermana y sus padres, que este miércoles han viajado a Lima, es que se pongan todos los medios para encontrarla, algo que sólo empezó a hacerse desde este pasado domingo al trascender el caso a los medios españoles, y que no desfallezca la búsqueda.

"Que no pare, que no la den por perdida. No llevan tantos días buscándola, sólo tres. Estos días son imprescindibles", reclama Tamara, la hermana, desde la casa familiar del barrio de Patraix, en València.

Nathaly, 29 años, morena y de 1'58 centímetros, lleva desde finales de septiembre recorriendo Sudamérica con su mochila. Antes vivió experiencias similares en Europa pero dada la peligrosidad de algunas zonas de Sudamérica, sus padres le hicieron comprometerse a dar noticias diarias y así lo había hecho hasta ese día 2. Por eso descartan que se trate de una 'aventura' más de su viaje. "No es su forma de ser. Mis padres se quedaron preocupados cuando se fue y le dijeron que nos mantuviera informados de todo lo que hacía y así lo había hecho. Hablábamos todo los días con ella y nos contaba dónde había estado, con quién o nos avisaba si iba a cruzar fronteras", explica.

A VISITAR UNAS RUINAS

La última imagen que tienen de ella es una de una cámara de seguridad del hostal Pariwana en el que estaba alojada de la mañana de ese segundo día del año. "Es de las 7 de la mañana, primero se ve cómo va al bar a cambiar algo de dinero y luego habla con el guardia de seguridad. Lo que él dice es que le pregunta cómo llegar a las ruinas de Moray. Después sale del hostal pero ya no sabemos ni si quiera si llega a la terminal o le pasa algo por el camino", explica angustiada Tamara. Esas ruinas están a unos 40 kilómetros de Cuzco y lo normal es ir y volver en el día.

La búsqueda va con retraso desde el principio. "El martes cuando no nos contestó pensamos que estaría en algún sitio sin cobertura o sin batería. Cuando ya el miércoles y el jueves siguió sin decirnos nada nos preocupamos y escribí al hostal y me dijeron que llevaba tres días desaparecida. No se habían dado cuenta hasta entonces y fueron ellos los que pusieron la denuncia", relata, agradecida por el esfuerzo que están haciendo desde el hostal pero sin dejar de lamentar que nadie repara en su ausencia. Por el momento, su móvil peruano sale desconectado o fuera de cobertura y el español ni siquiera da señal.

"Sólo reaccionaron cuando les escribí, no se habían dado cuenta de que llevaba tres días sin aparecer y de que tenía allí todas sus cosas. Sólo había salido con un pequeño bolso", explica. Iba vestida con zapatillas de montaña, pantalones negros y una cazadora rosa.

LAS RETICENCIAS DE LA POLICÍA PERUANA

La primera reacción de la policía peruana no fue buena, asegura Tamara. "Al principio no tuvimos ninguna colaboración. Nos colgaban el teléfono y nos contestaban grosero. Nos decían que muchos turistas se meten en zonas sin cobertura y que preferían esperar. Pero es que cuando empezó todo ella ya llevaba tres días desaparecida", recuerda.

Pero la familia de Nathaly ve poco probable que se trate de una imprudencia. "No iba equipada para hacer ninguna ruta y ella siempre va preparada cuando las hace. Ha hecho un ciclo superior de actividades físicas y sabe cómo tiene que ir y esta vez salió sólo con una pequeña bolsa, como si yo fuera al centro a dar una vuelta", apunta.

Además, el paso de los días hace cada vez más improbable el mal menor de que haya sufrido algún percance en alguna zona aislada. "Barajamos todas las opciones. Al principio pensamos que le podía haber pasado algo y que le podía estar ayudando alguna comunidad indígena pero es cierto que conforme pasan los días ya no se contempla sólo que haya sufrido un accidente", desliza apesadumbrada.

LA PRESIÓN ESPAÑOLA

Nathaly llegó a España de su Ecuador natal con 12 años. La presión de las autoridades y los medios españoles ha sido clave para que la policía peruana se interesara realmente por el caso. "Hasta el séptimo día no se han puesto en marcha de verdad y gracias a que intervino el cónsul de España. Tanto el consul de Lima como el honorífico de Cuzco están haciendo presión", explica Tamara. Ambas tienen la nacionalidad española.

"Hasta ahora se ha rastreado con perros la zona a la que supuestamente iba y ahora se ha ampliado la búsqueda a otras zonas turísticas porque no sabemos realmente si fue allí o si cambió de idea y fue a otro sitio y se ha dado la alerta máxima", desgrana. Pero quieren que se haga más y que se haga ya, porque estos primeros días son clave. "Queremos que rastreen su móvil que miren más cámaras de seguridad", reclama.

LAS PISTAS DE LOS OTROS MOCHILEROS

Desde el día en que reparó en la desaparición de Nathaly, el Pariwana ha distribuido carteles con su foto por la ciudad y se ha ofrecido a ayudar a las labores de búsqueda peinando zonas turísticas.

También varios de los mochileros con los que se había cruzado su hermana últimamente se ha puesto en contacto con la familia, incluidas dos españolas con las que pasó el día de Navidad en el Machu Pichu. "Nos han dicho que no saben lo que puede haber pasado, que es una chica muy precavida y que no entienden cómo en una ciudad tan turística como Cuzco nadie la ha visto", señala, hundida por "la impotencia de estar a miles de kilómetros".