Saludos. Palabras corteses. Sonrisas. Trajes de chaqueta perfectamente planchados. Corbatas impecables. Aperitivos de diseño y mucho vino. Así son las recepciones de la gente importante. Ayer hubo una más. Esta vez, en la Comunidad de Madrid. Los invitados de honor: Felipe de Borbón y Letizia Ortiz. Por la tarde, la pareja acudió a la plaza de las Ventas para disfrutar, en primera línea, de la quinta corrida de la feria de San Isidro.

Faltaban pocos minutos para las 14.00 horas cuando Felipe y Letizia aparecieron en la Puerta del Sol, donde está ubicada la sede de la Comunidad de Madrid. Letizia, que lució un nuevo peinado inundado de bucles en las puntas, escogió para la ocasión unos pantalones blancos y una espectacular levita color crema. Ambos, junto a la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, y el alcalde de la capital, Alberto Ruiz Gallardón, se sentaron en la mesa presidencial.

LEALTAD CON LA CORONA En el mismo salón estaban unos 200 invitados. Entre ellos, el cineasta Luis García Berlanga, el diseñador Roberto Torretta y el empresario Florentino Pérez. Antes de comer, Aguirre dio un discurso en el que insistió en la "lealtad" del pueblo de Madrid a la Corona. La presidenta concluyó pidiendo un brindis por "la felicidad" de la pareja.

El ambiente era tan festivo que pocos invitados observaron dos fallos. El primero, que en la tarjeta del menú el nombre de Letizia estaba escrito con c . El segundo, que los bajoplatos eran tan nuevos que tenían todavía la etiqueta de El Corte Inglés con el precio: 3,15 euros.

A las 19.00 horas, y bajo un cielo lluvioso, Felipe y Letizia --vestida con otro modelo-- acudieron a la plaza de toros para ser testigos de un arte del que nunca han disfrutado ni la reina Sofía ni la infanta Cristina.