Olot. Besalú. Castellfollit de la Roca. La Jonquera. La Seu d´Urgell. Estos fueron los lugares donde los secuestradores citaron a los familiares de Maria Angels Feliu para cobrar el rescate. Pero ningún intento cuajó y la farmacéutica de Olot tuvo que pasar 492 días en un zulo. El hermano mayor de Maria Angels, Tomás Feliu Bassols, declaró ayer en el juicio que la familia intentó --por lo menos en cinco ocasiones-- pagar a los raptores para que la dejasen en libertad.

Uno de los intentos frustrados se produjo en Besalú, pocas semanas después del secuestro, ocurrido el 20 de noviembre de 1992, cuando los secuestradores exigieron a la familia de la farmacéutica que preparase una maleta con 25 millones de pesetas (150.000 euros) y la tirase desde lo alto del puente a la entrada del pueblo.

Los captores recriminaron luego a los Feliu que había habido "interferencias", refiriéndose al elevado número de agentes de la Guardia Civil que merodeaban por la zona, como narró ayer el hermano de Maria Angels.

"Con el paso de los meses, los contactos telefónicos con los secuestradores se espaciaron, lo que nos angustió todavía más", afirmó Tomás Feliu. El portavoz Joan Capdevila y él fueron los encargados de desplazarse después a Castellfollit y La Jonquera, donde los intentos de pagar también fueron infructuosos.

"Parecía que no supiesen cómo hacer las cosas, cómo solucionarlas", manifestó ayer al referirse a las personas que retuvieron a Maria Angels. Por este motivo la familia también decidió contratar a una empresa de Londres especializada en gestionar el pago de rescates, Control Risk. "Nos asesoraron pero no tengo constancia de que lograsen pagar, puntualizó el hermano.