La ministra francesa de Medio Ambiente, Roselyne Bachelot, instaló ayer en la prefectura de Burdeos una delegación de su Ministerio para "reforzar y seguir más de cerca" la lucha contra la contaminación provocada por el Prestige , que afecta ya a más de 400 kilómetros de costa francesa. Mientras, los alcaldes y habitantes del litoral dañado --prácticamente toda la región de Aquitania, desde las Landas a la Charente-Marítima-- se impacientan y reclaman más personal y medios.

La ministra recogió estas quejas durante una visita a las playas más contaminadas, en la laguna de Arcachon y en Lacanau. El centro de operaciones contra la crisis quedará instalado "el tiempo que haga falta" en Burdeos, capital de Aquitania.

La delegación del Ministerio de Medio Ambiente en Burdeos está formada por dos ingenieros expertos en tareas de limpieza y altos funcionarios, además de un contable cuya misión específica será la de facilitar el reembolso de los gastos que tengan las alcaldías.

CONTAMINACION FRAGMENTADA

Ante la impaciencia de algunos alcaldes locales que reclaman más medios y sobre todo efectivos humanos, la ministra dijo comprender su "emoción". Con todo, debido a las características especiales de la contaminación, "terriblemente fragmentada y difusa", la ministra se pronunció por "encontrar primero el mejor sistema para luchar contra ella y adaptar a los profesionales a esa forma de lucha".

La ministra confirmó que el Estado sufragará los gastos que comporte la contratación de personal para las operaciones de limpieza, y no descartó la participación de voluntarios en las tareas, siempre y cuando sigan una formación y acepten trabajar bajo la supervisión de profesionales.

Para hacer frente a la contaminación, que arrastra hacia a las playas francesas miles de "galletas" de chapapote con cada marea, se necesitan muchos brazos. "Hay bellas palabras, pero los alcaldes están solos. ¿Dónde están los soldados? En Costa de Marfil. Aquí, no", se quejó el presidente del Consejo General de Gironda, el socialista Philippe Madrelle.

"La contaminación se ha reorientado provisionalmente hacia el mar", confirmó ayer el prefecto de Burdeos, Christian Fremont. Sin embargo, el oleaje impidió de nuevo la recuperación del fuel en el mismo mar. Es más, la flota anticontaminación decidió regresar a puerto a la espera de que mejoraran las condiciones. La vigilancia aérea se limitó a confirmar la presencia de una gran concentración de placas de hidrocarburo a 180 kilómetros al oeste del estuario de la Gironda. Otras manchas menos importantes amenazan también las costas de la Charente-Marítima, y están situadas a sólo 40 kilómetros del litoral.

A petición de los pescadores y ostricultores de Arcachon, especialmente combativos después de que les prohibieran la recogida y venta de ostras, varios representantes de la cofradía de pescadores de Vigo han viajado a Francia. Esta tarde se reunirán con sus colegas franceses para darles métodos para combatir el chapapote.