El Estado francés recrudecerá su combate contra los conductores temerarios con una medida radical: la confiscación del vehículo. El proyecto de ley que hoy presentará ante el Consejo de Ministros la titular de Interior, Michèle Alliot-Marie, prevé que el coche sea decomisado definitiva y obligatoriamente en el caso de circular sin licencia, causar un accidente mortal, sobrepasar en 50 kilómetros por hora la velocidad máxima permitida, o llevar el volante bajo los efectos del alcohol o de estupefacientes.

¿Qué hará el Estado con los coches de los que se incaute? Aquellos que estén en buenas condiciones serán vendidos para engrosar las arcas públicas. Y los deteriorados irán al desguace, según informó ayer Le Figaro . Tamaña sanción responde a un efecto perverso que ha tenido la aplicación del carnet por puntos, implantado en 1992.

Aunque este sistema ha mejorado la conducción y, junto al incremento de los radares, se considera la clave del importante descenso de la mortalidad en las carreteras, cada vez es mayor el número de personas a las que se les ha retirado el permiso pero siguen conduciendo. El Gobierno calcula que hay unas 300.000 personas en ese caso.

La actual ley prevé la posibilidad de confiscar el vehículo a los conductores sin licencia, pero en la práctica raramente se aplica el castigo.