Un año después del hundimiento del Prestige, todavía hay fuel sumergido ante la costa gallega. El Instituto Español de Oceanografía, dependiente del Ministerio de Ciencia y Tecnología, ha detectado en un estudio reciente que los niveles de chapapote en los fondos marinos atlánticos y cantábricos son similares a los de los primeros meses de la catástrofe, y extrae como conclusión que se trata de un petróleo muy pesado cuya dilución o evaporación presenta grandes dificultades. El análisis destaca que el fuel permanecerá en los fondos marinos durante muchos años y que, además, es imposible de recoger por su distribución.

El Gobierno, a través del comisionado de Fomento para el caso Prestige, Francisco Alonso, admite que los fondos marinos entre el sur de Galicia y el este del Cantábrico contienen en total unas 340 toneladas de hidrocarburo: "En los puntos de mayor concentración, en la Costa de la Muerte, la cantidad de petróleo es de 10 galletas de 7 centímetros por kilómetro cuadrado".

Tampoco niega el Gobierno que hay una cantidad importante de fuel diluida en el agua, de forma que ha aumentado el índice de contaminación de las aguas costeras. Sin embargo, asegura que la presencia de chapapote en el mar está muy por debajo de los límites de salubridad establecidos porque "es un combustible tan pesado que prácticamente no se diluye".

LAS REDES DE LOS PESCADORES

Los científicos que estudian los efectos de la marea negra no están tan convencidos de la información que ofrece el Gobierno. El doctor en Biología Marina Victoriano Ugorri, director de uno de los centros que estudian el impacto del vertido en el litoral gallego, mostró su "gran preocupación" por la persistencia del hidrocarburo en la costa. Ugorri cree que el fuel tiene un efecto mucho más dañino del que cuenta el Ejecutivo.

El científico asegura que, aunque el petróleo esté disperso en los fondos marinos, la contaminación puede ser grave, ya que los pesqueros arrastran sus nasas por el fondo, se manchan de fuel y contaminan a las especies que atrapan en sus redes afectadas. Por eso dudan de la salubridad de las especies que están a la venta.

Sin embargo, según el comisionado de Fomento, se han tomado todas las medidas sanitarias. "Se efectúan dos tipos de controles, uno en el momento de la pesca y otro en el de la comercialización. De las miles de muestras de lotes de pescado que se han analizado, sólo se han tenido que retirar tres del circuito comercial desde que se inició la catástrofe", afirma Francisco Alonso.

El doctor Ugorri sostiene que la presencia de hidrocarburos en los fondos y en el agua puede tener repercusiones negativas en la reproducción de las especies pesqueras, una teoría que comparte el investigador jefe del Programa de Contaminación del Instituto Español de Oceanografía, Juan José González.

Este científico explica que se ha perdido una generación de peces, moluscos y crustáceos en Galicia, ya que la puesta de huevos y larvas se ha visto afectada por el fuel depositado en los fondos y rocas. Parte de la población podría haber muerto por contacto directo con el fuel, y otra parte se habría quedado sin alimento, toda vez que el hidrocarburo impidió la supervivencia de las especies que generan los nutrientes de peces y moluscos.

El Gobierno matiza que el 90% de las especies comerciales se han librado de los efectos del fuel. "Hoy no hay hecho científico que nos lleve a pensar que se haya visto afectada la reproducción de crustáceos o moluscos", asevera el director del Instituto Español de Oceanografía, Octavio Llanas, contradiciendo a los científicos que están a su cargo.