TSti no fuera porque no creo en el concepto, me atrevería a proponer que entre los nuevos pecados capitales del milenio se incluyeran las generalizaciones. Las peores son las que se hacen sin conocimiento de causa y a bote pronto, sin estadística que las sustente, haciendo ley universal de un hecho que puede ser aislado o incluso único. Recuerdo que había un casero de una capital extremeña que no alquilaba su piso a estudiantes de la otra capital, porque pensaba que los de allí eran todos unos ladrones. La verdad es que había tenido unos que se habían largado sin pagarle dos meses, pero el señor ya estaba convencido de su máxima y la generalizaba sin pudor. Algo parecido les ocurre a los que echan pestes de Portugal y dicen que todos son unos atrasados porque una vez les tardaron en servir en un restaurante, o los que afirman que todos los catalanes son tacaños, todos los madrileños chulos y fanfarrones o los andaluces vagos y graciosos. Pero aún es peor el caso contrario, el de los que creen que una acusación hecha a un miembro del grupo es un insulto generalizado a cada persona del colectivo. Uno de los que manejó esto con habilidad fue Jordi Pujol , que hizo creer a todo el mundo que una querella por sus actividades como directivo de un banco era un ataque a todo su pueblo y su milenaria historia. A veces las cosas son más simples y cuando alguien llama tonto a un australiano, no lo está haciendo extensivo al más recóndito de los aborígenes. Así que, mientras en Roma se deciden a hacerme caso, intentaremos generalizar lo menos posible, no tomar la parte por el todo y parecer más sensatos.