La mayor parte de los 1.150 sin papeles llegados a las islas Canarias desde el pasado viernes, en la mayor ola de inmigración clandestina en lo que va de año, han hecho esta difícil travesía para volver al punto de partida del que huyeron: serán repatriados a sus respectivos países de origen. Así lo anunció ayer, en un día en el que no se registró ninguna arribada de este tipo de embarcaciones, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien atribuyó la gran afluencia de embarcaciones de indocumentados a las benévolas condiciones climatológicas de las últimas jornadas. El ministro, por otra parte, declaró que el Gobierno reforzará los operativos de vigilancia en las costas de Senegal y Mauritania, los dos puntos de partida principales de los cayucos. Fue el segundo anuncio de mayor control de la inmigración ilegal en el mismo día. En el año 2006 se interceptaron 7.000 inmigrantes ilegales, pero otros 19.000 lograron llegar a las costas de alguna de las islas. El archipiélago canario vivió su primera jornada tranquila, en cuanto a llegada de cayucos, desde hace seis jornadas. La última embarcación, con 98 subsaharianos, arribó al puerto de Los Cristianos, en Tenerife, el martes.