Como jóvenes y católicos que son, el príncipe Felipe y las infantas Elena y Cristina no quisieron perderse el encuentro del Papa con la juventud española. El príncipe Felipe y los duques de Lugo y de Palma de Mallorca participaron con discreción. Llegaron minutos antes que el Pontífice y se sentaron mezclados entre los jóvenes en las sillas que se colocaron delante del escenario principal.

Existe una gran relación entre los miembros de la familia real y el Papa. Tras sus respectivas bodas, uno de los primeros viajes oficiales que realizaron las dos infantas fue visitar al Pontífice en Roma.