Un hombre mató ayer a uno de los tres intrusos que entraron en su casa embozados con pasamontañas sobre las nueve y media de la mañana, e hirió gravemente a otro. También disparó a otro encapuchado que, según su versión, le habría disparado primero desde el exterior de la vivienda, en Lleida.

Sebastián Ges, de 64 años, disparó con una pistola del calibre 22 desde el segundo piso a la cabeza de los dos asaltantes, que habían maniatado a su hijo, de 23 años. Uno de ellos falleció cuatro horas más tarde en el Hospital Arnau de Vilanova de Lleida, mientras su compañero se encontraba ayer en estado de muerte cerebral.

EN PIJAMA Y DESCALZO Con solo el pantalón del pijama, descalzo y con la pistola en mano, Sebastián Ges se entregó minutos después de disparar su arma en el Ayuntamiento, al que llegó corriendo. Según el alcalde, Josep Maria Sanjuan, y el coordinador de emergencias de protección civil en Lleida, Emili Nadal, entró diciendo: "He pelado a dos". Nadal, reconoce que se asustó al ver "los gestos de bravuconería" del hombre, que estaba muy alterado. "Cuando lo vi no daba crédito a que la pistola fuera de verdad, no me lo creía, pero luego me quedé parado", explica.

Tanto el alcalde como los vecinos del pueblo dan por hecho que los asaltantes son ladrones, pero la policía autonómica no descarta otras hipótesis. Apuntan la posibilidad de que los intrusos conocieran al hijo de los Ges, que tiene un bar en el pueblo.

El alcalde y Emili Nadal no consiguieron que el dueño de la casa soltara el arma con la que había disparado. Para que la dejara tuvo que intervenir un amigo, Enric Martí.

Según sus versiones, en la casa, junto con Sebastián y su hijo, estaba la novia de este. Cuentan que dos asaltantes entraron con pasamontañas y armados y ataron las manos al hijo. El padre, "alarmado por los gritos de la novia, saltó de la cama, en el segundo piso, cargó el arma y, mientras bajaba las escaleras, vio cómo le disparaba un hombre desde el exterior de la casa, y fue entonces cuando disparó a los dos encapuchados que zarandeaban a su hijo", explica Enric Martí. Según este testimonio, salió corriendo para alcanzar al asaltante armado pero no disparó porque había gente por la calle. El tercer asaltante se dirigió corriendo hacia el canal que pasa por el pueblo y, antes de ser detenido por la policía, tiró la pistola, que quedó enganchada en la valla.

El fallecido, un joven de 23 años, tenía antecedentes penales de poca importancia.