Mientras la recaudación del Estado por el impuesto de la renta del 2009 cae a un ritmo del 10,9%, a la Iglesia le ocurre todo lo contrario: sus ingresos por este concepto aumentan. En la última declaración del IRPF, el número total de declaraciones a favor de la Iglesia se elevó a 7.195.155 (el 34,3% del total), cifra que supone un aumento de 237.143 respecto al mismo ejercicio del año anterior. En total, la Conferencia Episcopal Española (CEE) obtuvo algo más de 252 millones de euros, 11 millones más que en la declaración de la renta del curso precedente. Podría argumentarse que la Iglesia, al menos en este campo, es inmune a la crisis, pero la declaración del 2009 corresponde a los ingresos del 2008, año en el que la recesión solo comenzó a sentirse durante los últimos meses.

Estos resultados, según explicó ayer el portavoz del episcopado, Juan Antonio Martínez Camino, "permitirán mantener el sostenimiento de las actividades básicas de la Iglesia en niveles de eficiencia y austeridad semejantes a los que han venido siendo habituales hasta ahora". Sin embargo, hasta hace tres años el sistema de financiación era distinto: el Gobierno incrementó en el 2007 el coeficiente del IRPF para las instituciones católicas cuando los contribuyentes tachen la casilla correspondiente. Ese aumento desde el 0,52% de entonces hasta el 0,7% actual vino de la mano de la eliminación de la exención del IVA y el hecho de que el Estado dejase de garantizar un mínimo para la Iglesia. Ahora las instituciones católicas dependen únicamente de lo que aporten los ciudadanos.

Los buenos resultados eclesiásticos se deben en parte a las campañas mediáticas del episcopado, pero Martínez Camino no descartó que otro tipo de iniciativas, mucho más controvertidas --como los carteles antiabortistas--, tengan algo que ver.