Reconquistar el estómago de los más pequeños. Con este objetivo y el de atajar la "alarmante" obesidad entre la población infantil, el Ministerio de Sanidad ha comprometido a la industria alimentaria española para reducir el porcentaje de sal en la elaboración del pan, y de sodio y grasas en otros alimentos. La industria también acepta fomentar la gama de productos bajos en azúcares, especialmente bebidas.

Las medidas forman parte de la estrategia Naos (Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad), presentada ayer por la ministra Elena Salgado, que persigue mejorar los hábitos alimenticios de los jóvenes, deteriorados por el excesivo consumo desde niños de productos cárnicos, lácteos, bollería y bebidas carbonatadas que han ido arrinconando la dieta mediterránea.

DIETAS ESCOLARES Además de la industria alimentaria, Sanidad cuenta con acuerdos con las comunidades autónomas y 80 organizaciones. Todos ellos, según explicó Salgado, han participado en la elaboración de esta estrategia, que prevé que en breve se apruebe un decreto para establecer las condiciones sanitarias de los comedores escolares y las dietas que deben ofrecerse en los menús de los niños. Asimismo, la estrategia apoya los talleres extraescolares de cocina como una manera útil de aprender a comer mejor, a la vez que se fomenta la igualdad de sexo entre delantales.

Como medida preventiva, las máquinas expendedoras de comidas y bebidas no podrán instalarse en lugares accesibles para los alumnos de 6 a 12 años, y además, no llevarán publicidad e incluirán productos que favorezcan una dieta saludable.

MENOS SALADO La estrategia prevé que en cuatro años disminuya el porcentaje de sal en el pan desde el 2,2% actual al 1,8%. La medida hará del pan español uno de los menos salados de Europa y permitirá contribuir al objetivo de limitar la ingesta de sal diaria a cinco gramos por día (media cucharilla de café).

La industria también reducirá en los próximos cinco años un mínimo del 10% el contenido de sodio, que se usa como saborizante (glutamato monosódico) en la elaboración de multitud de alimentos. La batalla contra las grasas saturadas se ha traducido en un acuerdo para irlas disminuyendo paulatinamente y sustituir las grasas animales por vegetales en los productos en los que esto sea posible. También se reducirán progresivamente hasta finales del 2006 los ácidos grasos y saturados en los aceites para fritura.