De la alegría a la tristeza. En 24 horas la familia real pasó de celebrar el anuncio del tercer embarazo de la infanta Elena a lamentar la interrupción del embarazo de 14 semanas por un aborto retenido. La duquesa de Lugo acudió ayer por la mañana a la clínica Ruber de Madrid para someterse a una revisión rutinaria; su ginecólogo, Emilio Esteban, advirtió que el feto estaba muerto y ordenó el ingreso de la infanta.

La duquesa de Lugo, que había pasado la noche en la Zarzuela, en donde cenó el pasado martes para celebrar el santo del Rey, se desplazó sola a la clínica, ya que su marido, Jaime de Marichalar, estaba en Pamplona asistiendo a un consejo de administración. La infanta no había notado ningún síntoma que permitiera sospechar que la gestación se hubiera interrumpido.

Según fuentes médicas es imposible determinar el momento en el que el feto deja de desarrollarse entre una ecografía y otra. El primer control del embrión se realiza a las 8 semanas de gestación y el segundo a las 14. Si la gestante no sufre pérdida de sangre o dolor no se da cuenta de la interrupción del embarazo hasta que se somete a otra ecografía.

Una de las normas de las familias reales es no anunciar embarazos hasta que se ha cumplido el primer trimestre, periodo en el que se superan los primeros riesgos. La infanta se sometió a un control en Nueva York y con la certeza de que el embarazo iba adelante lo comunicó a sus familiares y éstos lo hicieron público. La mala suerte hizo que al repetir la infanta la revisión, en Madrid y con su ginecólogo habitual, éste detectara que el feto había dejado de desarrollarse. Un aborto retenido se produce cuando el embrión se desprende de la pared uterina pero no es expulsado.

APOYO DE LA FAMILIA REAL

Tras ser detectado el aborto, la infanta Elena se sometió a una operación de aspiración uterina y quedó ingresada como medida de precaución, aunque está previsto que hoy abandone la clínica. Al conocer la noticia, el duque de Lugo regresó de Pamplona y acudió a la Ruber (foto superior), donde acompañó a su esposa. También estuvo la Reina. El Rey, el Príncipe, de viaje oficial a Rusia, y la infanta Cristina hablaron por teléfono con la duquesa de Lugo.

La Reina suplió anoche a su hija Elena y presidió un concierto en homenaje a las víctimas del terrorismo en el teatro Real de Madrid y al que debían asistir los duques de Lugo. Sofía había regresado de Valencia, en donde inauguró una exposición de arte islámico junto a Rania de Jordania y Carmen Cervera (las tres, en la foto inferior).