La sonrisa es su mejor carta de presentación. Pero no su propia mueca, sino la que provocan a los demás. ¿Aparecerán en la foto de su visado con su inseparable nariz roja de plástico? De lo que no hay duda, es de que hacer reír es su mejor pasaporte.

José Carlos García, Javier Ceballos, José Maestro y Romero (¡sí hombre Romero, Romerito!, ¿cómo se apellida Romero?) están estos días en la República Democrática del Congo (RDC) para hacer reír. Los cuatro payasos extremeños conforman una delegación de la oenegé Payasos Sin Fronteras (PsF) que trabaja por llevar la sonrisa a aquellos lugares donde la realidad no entiende de bromas.

En concreto la delegación extremeña estará en tierras africanas hasta el día 20 de diciembre (marcharon el pasado jueves día 26), donde les espera un trabajo duro. "No vamos a parar ni un momento. Tenemos dos actuaciones diarias programadas y muchos vuelos internos para llegar a la mayor cantidad de gente posible", relata José Maestro. En concreto actuarán en la región del Kivu Norte, entre las fronteras de Ruanda, Uganda y Sudán, donde mostrarán su trabajo en las grandes ciudades donde hay campos de refugiados y desplazados que huyen de la guerrilla y también en algunas aldeas. "Hay gente que no ha visto un payaso en su vida", reflexiona Maestro.

Esta es la tercera vez que PsF acude al Congo; en cambio, es la primera vez que va una delegación extremeña, que ya ha pisado tierras de Irak, Marruecos, campos de refugiados saharauis y diversos países de Centroamérica. En casi todas estas expediciones ha participado Maestro, fundador de la compañía Asaco Producciones. "Hacía ya tres años que no salía y tenía ganas de retomar el trabajo de la expedición. Y lo mejor de todo es que voy con mis compañeros, con los que empecé en esto en el año 2001", añade con emoción el payaso, que estos días trabaja en uno de los países más convulsos del planeta, con los compañeros con los que fundó Asaco gracias a la financiación de la Agència Catalana de Cooperació al Desenvolupament y al apoyo de ACNUR.

Maestro habla un día antes de su viaje, cuando ultima el equipaje. "No nos llevamos mucho montaje, necesitamos una movilidad brutal", apunta. "Llevamos música en directo, que es una novedad que estamos incluyendo en nuestro espectáculos. Así que trabajaremos con la música y la pantomima", explica. Y es que, como bien recuerda Maestro, la inocencia del payaso es un idioma universal. "El número clásico del payaso tonto y el listo siempre funciona, porque es un reflejo de la sociedad donde siempre hay un opresor y un oprimido", recuerda.

¿Quien no ríe con un payaso? "Nosotros disfrutamos con nuestro trabajo y eso la gente lo ve".