Dirige el Instituto Pérez Comendador de Plasencia, colabora con la Coordinadora Regional de Transplantes siempre que puede y tiene una vena historiadora que le ha llevado a realizar varios documentales desde la asociación Oculo Audiovisual. Ahora, José María Sánchez y Torreño ha presentado un libro, editado por la Asociación Pedro de Trejo, que plasma a través de las actas de plenos municipales cómo vivió Plasencia de 1936 a 1939.

--¿De qué forma las actas de los plenos traslucían que existía una guerra?

--Se nota en el lenguaje hiperbólico que utilizaban y en las alusiones al régimen, a la patria, el patriotismo y a España. También por ejemplo en las suscripciones para la compra de altavoces para el frente o para homenajear al gobernador militar.

--¿Alguna alusión a fusilados o muertos?

--Ninguna. Yo digo que he reflejado objetivamente las verdades y mentiras de las actas de sesiones, donde se habla de que dan a personas por desaparecidas cuando en realidad estaban muertas.

--¿Y al estado de la población?

--Sí. Las actas reflejan que en Plasencia hubo escasez de alimentos de primera necesidad y hay escritos de las autoridades solicitando la movilización de trenes con sal. Porque de las actas se traduce que las corporaciones locales miraban mucho por la población, e incluso se enfrentaron con la Diputación y con el gobernador militar por ello.

--Imagino que habrá encontrado muchas curiosidades...

--Pues sí. Por ejemplo que a una persona no le dieron permiso para abrir un local por no tener una buena reputación o el permiso marital. Además, como ocurre ahora con la crisis, había mucha obra pública y en una actuación en la fortaleza un grupo de presos descubrió un tesoro de monedas antiguas y recibieron una recompensa.

--El libro comienza con el bando que marca el inicio de la guerra. ¿Dónde se ha documentado?

--El bando lo he sacado de un libro del profesor de la Uex Julián Chaves, al que he consultado desde el principio, y las actas, del archivo municipal de Plasencia, como las cartas que entraban y salían del ayuntamiento.

--¿Qué aporta a la bibliografía placentina?

--Es un libro sobre todo curioso. No quería que esas actas que forman parte de la memoria de Plasencia quedaran ocultas.

--¿Más proyectos históricos?

--Sí. Estoy haciendo un documental sobre Antonio Machado y el plan de escuelas de la Unesco y otro sobre Máximo Calvo, alcalde comunista de Cadalso al que le atribuyen un complot para hacerse con Cáceres en noviembre de 1937, que originó una represión con 200 fusilados.