En medio de la guerra civil y en la posguerra hubo una España lejos de los extremismos que pocas veces ha sido reflejada en la literatura, una España liberal en sus talantes, cuya ideología democrática aparece difuminada entre el fascismo y el marxismo. Esa España protagoniza Las bicicletas son para el verano , que Fernando Fernán Gómez convirtió hace 20 años en uno de sus grandes éxitos como escritor cuando se estrenó en teatro y amplió cuando pasó al cine. Y al teatro ha vuelto de nuevo en una versión dirigida por Luis Olmos, que se representa hoy en el Festival Internacional de Teatro y Danza Contemporáneos de Badajoz (teatro López de Ayala, 21.00 horas).

Protagonizado por Gerardo Malla, como padre de una familia madrileña que vive desde la retaguardia (pero también en primera línea del Madrid sitiado) los efectos de la guerra civil, el montaje cuenta con un amplio reparto en el que figuran, entre otras, Gloria Muñoz, Enriqueta Carballeira, Charo Soriano, Marta Poveda y Virginia Méndez.

La obra, según ha declarado Olmos, ofrece "una entrañable visión de las numerosas criaturas que protagonizan la obra, de sus pequeñas historias, de sus cotidianas, sencillas y variopintas vidas". El humor, el drama y la ternura se alternan en el relato, donde "no hay buenos ni malos, sino seres humanos que se debaten por sobrevivir en tiempos difíciles".