EL RESBALADIZO paso que el Papa dio hace dos semanas para recuperar a las ovejas descarriadas del lefebvrismo amenaza con degenerar en una pesadilla sin fin. El francés Bernard Tissier de Mallerais ha dicho: "Nosotros no cambiamos nuestra posición, pero tenemos intención de convertir a Roma, llevar al Vaticano hacia nuestra postura".