El Juzgado de Instrucción número 7 de Alicante y la policía investigan la muerte de una ciudadana francesa que padecía una enfermedad degenerativa y que presuntamente se quitó la vida el viernes en su casa junto a voluntarios proeutanasia.

El fallecimiento tuvo lugar la madrugada del viernes, cuando Madeleine Z.B., que padecía esclerosis lateral amiotrófica (ELA) desde 2001, se quitó la vida en presencia de tres miembros de la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD), hecho que ha denunciado el hijo de la fallecida, Domingo Biver.

Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Valenciana confirmaron ayer la apertura de diligencias previas, como siempre ocurre en los casos de muerte no natural, como podía ser éste.

Asimismo, la policía está instruyendo un atestado sobre este caso, que remitirá a la titular del citado Juzgado de Instrucción para que adopte una decisión sobre el mismo.

El hijo de la fallecida mostró su "sorpresa" por la decisión de su madre de quitarse la vida e indicó que ha denunciado a la asociación DMD por estar presente durante su muerte.

También explicó que su madre no le había comentado su intención de quitarse la vida, aunque "alguna vez, en un momento de crisis o de depresión, dijo que quería dejarlo todo, pero a los dos días se le había pasado y no volvía a sacar el tema".

Indicó que ha denunciado todo lo sucedido, "sobre todo por el hecho de haber estado personas delante de mi madre mientras ella fallecía".

Por su parte, el presidente de la Asociación Federal de Derecho a Morir Dignamente, Fernando Marín, dijo comprender "la pena" de Biver, pero insistió en que acompañar a una enferma terminal durante su muerte no es un "homicidio" ni un delito.

Los voluntarios de DMD que la acompañaron no procedían de la sede de Valencia, de reciente constitución, sino de la asociación federal, en Madrid.