TEtn el Diccionario de ideas afines , de Fernando Corripio , el término maricón se equipara al de pederasta, sodomita, e invertido; y el de homosexual, al de pervertido, vicioso, depravado, anormal, corrompido, y degenerado, entre otras lindezas. María Moliner , en su Diccionario de uso del español , también asocia el término homosexual al de pederasta, puto, y sodomita. Ninguno de los dos diccionarios tiene carácter oficial, como el de la Real Academia de la Lengua Española, que tiene valor normativo para todo el mundo de habla española, y que también asocia el término maricón al de sodomita, incluyendo en sodomía el siguiente paréntesis sobre su origen: De Sodoma, antigua ciudad Palestina, donde se practicaba todo género de actos deshonestos.

Probablemente, ni Corripio, ni Moliner, ni la Real Academia, pretendieron ofender a un colectivo tan importante de nuestra sociedad, adjudicando semejantes acepciones a conceptos relacionados con su orientación sexual. Probablemente, tamaño disparate no debe de ser otra cosa que una nefasta herencia de un pasado pacato e hipócrita. Por eso, desde estas líneas, solicito a los responsables de la actualización de dichos diccionarios, que le devuelvan la dignidad a los términos que tan injustamente han tratado. Porque los homosexuales no son pederastas, ni degenerados, ni sodomitas, sino hombres y mujeres a los que se les debería reconocer, de una vez por todas, sus derechos más elementales, incluso en los diccionarios.