Mónica Molina irrumpe de nuevo en el panorama musical con un disco (la portada, en la foto de la izquierda) que ha querido dedicar a su hija, en el que incluye una susurrante Nana para Candela , que arranca así de tierna: "Duerme mi niña preciosa / mi alma dichosa". La cantante y actriz (en la foto, la semana pasada) explica que la pequeña Candela, de sólo 10 meses y fruto de su relación con el latin lover José Coronado, le ha enseñado a ser "mejor persona, más sensata, humilde y sincera" y a descubrir aspectos que desconocía de sí misma. "Nunca pensé que podía tener tanta paciencia", afirma. La ex del último hombre bífidus se afianza como cantante con este tercer título: De cal y arena. "Porque, ¿no es el amor un latido de cal y otro de arena?", filosofa la pequeña de los Molina. "En la vida se alternan las dos cosas y lo mejor es conseguir un equilibrio que proporcione estabilidad".

Para escribir estas piezas, ha contado con el talento fraternal de Noel Molina, que le ha compuesto estas 11 "canciones a medida, como el mejor de los sastres". Sus letras vuelven a hablar del amor y del desamor. Y en la mejor de ellas, Besos usados , lanza una ráfaga de preguntas de un calibre muy inusual: "¿Cómo se desbesa el beso? / ¿Cómo deshago un abrazo? / ¿Cómo borro una caricia? / ¿Cómo se olvidan tus abrazos?". "Es imposible encontrar las respuestas. No se puede desbesar , ni siquiera existe este verbo; y olvidar es sobrevivir, aunque a veces sea de manera dolorosa", confiesa.