Al menos cuatro personas fallecieron anoche en Lorrach (suroeste de Alemania), dos de ellas en la explosión de una vivienda y las otras dos en un tiroteo posterior provocado por una mujer en el hospital católico de Santa Elisabeth.

Según fuentes policiales, los muertos en el edificio de viviendas son el excompañero de la mujer y el hijo de cinco años que tenían en común, mientras que las víctimas mortales del tiroteo en el hospital son la presunta agresora, que fue abatida por la policía, y un enfermero.

La mujer, de 41 años y abogada de profesión, irrumpió sobre las seis de la tarde en el recinto del hospital procedente de un edificio de viviendas vecino donde se habría producido poco antes la explosión, seguida de un incendio, y varios disparos. La asaltante iba armada con una pistola automática de pequeño calibre y un cuchillo, y abrió fuego a discreción.

ABATIDA POR LA POLICÍA

El fiscal superior de Lörrach, Dieter Inhofer, ha revelado hoy que la mujer cometió los crímenes, primero en el domicilio de su antigua pareja, en el que provocó un incendio, causante de una explosión, tras disparar contra el hombre y su hijo de cinco años.

Seguidamente huyó al hospital Elisabethen, donde mató a cuchilladas a un enfermero, e hirió de bala a dos transeúntes, así como a un policía que trató de hacerle frente. Los tres heridos se encuentran fuera de peligro.

"La actuación de los agentes evitó males mayores", explicó el presidente de la policía del estado federado de Baden-Württemberg, Wolf Hamman, quien comentó que, entre la explosión de la vivienda, y el último disparo del drama no transcurrieron ni 40 minutos. Los bomberos y la policía rescataron además del edificio en llamas donde comenzó el drama a seis adultos y un niño, mientras un total de 15 personas necesitaron atención médica.

El hospital católico Elisabethen está especializado en ginecología, pediatría y maternidad y tiene asimismo una unidad de psiquiatría infantil y juvenil.