Los países ricos no están cumpliendo con los compromisos que han asumido para tratar de rescatar de la postración a las naciones más pobres. Para acelerar el ritmo de ayuda al desarrollo del Tercer Mundo, la subdirectora de la Campaña del Milenio de la ONU, Marina Ponti, reclamó ayer en el Fórum el concurso de las grandes religiones, a las que se refirió como sus "aliados más importantes". "Necesitamos una movilización masiva para alcanzar los objetivos fijados en el 2000", diagnosticó. Esos objetivos, que hay que cumplir en el 2015, se resumen en el propósito de erradicar el hambre, universalizar el acceso a la educación primaria, reducir el impacto de la mortalidad infantil y de enfermedades como el sida, mejorar la salud de las madres y lograr la igualdad entre los sexos. La sostenibilidad ambiental y un pacto global encaminado al fomento del desarrollo completan la agenda de intenciones.Naciones Unidas logró que 189 países, débiles y poderosos, estamparan su firma en una especie de contrato que les asigna derechos y responsabilidades, pero los acontecimientos mundiales no auguran nada bueno.CANTIDAD Y CALIDAD Para ilustrar esa apreciación pesimista, Ponti puso algunos ejemplos. Hace ya 30 años que las naciones ricas se autoimpusieron que, para desterrar la pobreza, aportarían un 0,7% anual de su Producto Interior Bruto (PIB) a la ayuda al desarrollo, pero "el promedio se sitúa en el0,22%", aseguró la dirigente de la campaña. "Sólo cumplen los países del norte de Europa".La subdirectora de esta iniciativa de la ONU destacó, igualmente, la importancia de la calidad de las contribuciones occidentales. Demasiadas veces, "los donantes hacen aportaciones condicionadas". Se trata de que gasten las ayudas en la compra de bienes o servicios producidos por los países contribuyentes.Ponti citó también la necesidad de invertir en los regiones más depauperadas, como el Africa subsahariana, donde las condiciones de vida de la población han experimentado un retroceso en los tres últimas décadas. La ayuda, además, "ha de ir a los servicios esenciales, escuelas de primaria y centros sanitarios básicos" y a las zonas rurales, cosas que la mayoría de las veces no ocurren.CUESTION DE VALORES La llamada de auxilio de Ponti a las diferentes confesiones para rescatar a los pobres, "seres humanos que tienen dignidad y derechos", obedece a que "los grupos religiosos tienen valores" y son los que mejor pueden entender esa labor.Algo similar dijo Katherine Marshall, representante del Banco Mundial, que reclamó en otro de los actos de la jornada "más diálogo entre las comunidades de fe y las instituciones que prestan su apoyo al desarrollo". El director del Centre Unesco de Cataluña, Agustí Colomines, aludió a la pertinencia de la petición de ayuda a las religiones porque los objetivos de la Campaña del Milenio de la ONU "sintonizan" con los retos que se plantea el Parlamento de las Religiones.