Como anuncia la NASA, el resultado puede ser espectacular: un pesado cohete se precipita a toda velocidad sobre un oscuro cráter de la Luna, choca con violencia y el impacto forma una enorme polvareda. Cuando buena parte de los materiales eyectados todavía están flotando, se produce un segundo choque en el mismo cráter, pero ahora se trata de una sonda llamada Lcross. Sin dudas, dos auténticas bombas. No es un juego; es un gran experimento científico destinado a buscar agua en la Luna. La cita es hoy a las 13.31, hora española.

La NASA ha escogido para el impacto el Cabeus, un cráter de 90 kilómetros de diámetro situado cerca del polo sur. Más exactamente, se ha seleccionado una pared de Cabeus que está siempre a oscuras porque ello aumenta las posibilidades de que haya hielo en su interior. De hecho, la elección del lugar ha sido una decisión tan compleja que incluso se ha cambiado a última hora. Tras analizar los datos enviados por varias sondas predecesoras, los científicos creen que la zona de impacto podría contener hasta el 2% de agua en el metro superior del suelo, pero no se ha podido confirmar.

Los dos objetos que se sacrificarán en aras de la ciencia son la sonda Lcross y la fase propulsora del cohete Centaur, el motor que impulsó la nave hasta la órbita lunar.

El Centaur será el primero en impactar: Sus 2.200 kilos de peso formarán al chocar un penacho de materiales que alcanzará una altura de 10 kilómetros. Cuatro minutos más tarde le llegará el turno a la Lcross, aunque la nube será de menores dimensiones porque la sonda pesa un poco menos: 700 kilos.

Algunos de los mejores telescopios terrestres, como los Keck de Hawái, así como el Hubble y el orbitador lunar LRO, han sido programados para inmortalizar ambos momentos. La nube de polvo levantada por la primera colisión también será observada y estudiada detalladamente por la propia Lcross justo antes de sacrificarse. "Si hay algo interesante, lo encontraremos", dice Anthony Colaprete, investigador principal de la sonda.

La observación será posible desde la Tierra con telescopios domésticos siempre y cuando la Luna sea visible en ese momento. Por cuestiones horarias, será así desde todos los países ribereños del Pacífico, pero no en España, que se encontrará entonces cerca del mediodía. Eso sí, se puede seguir en www.nasa.gov/ntv).

Colaprete considera que el impacto debería llegar a un brillo de magnitud 5 y que el periodo de máximo brillo durará unos 30 segundos. Los materiales eyectados quedarán iluminados por la luz solar y se proyectarán sobre un fondo oscuro, lo que favorecerá la visión y el análisis.

Los datos enviados por la sonda Lunar Prospector, lanzada por la NASA en 1998, confirmaron la presencia de hidrógeno dentro de Cabeus, pero el agua es solo uno de los muchos materiales que podrían ser indicativos de hidrógeno. "Podría ser agua, pero también metano o hidrocarburos o sustancias orgánicas", dice el jefe de la misión.