La extorsión parece estar detrás del secuestro de un niño de 9 años y nacionalidad china, Eduardo W., el pasado domingo en Mairena del Aljarafe (Sevilla). El pequeño fue rescatado a última hora del miércoles, tras pasar tres días de cautiverio en un zulo situado en una finca privada a las afueras de Alhaurín de la Torre (Málaga). Pocas horas antes, el padre de Eduardo, propietario de un restaurante chino en la citada localidad sevillana, se había desplazado hasta Madrid para pagar el rescate que le exigían los secuestradores.

Fuentes policiales explicaron que se ha detenido a 10 personas por este caso en Madrid y Málaga. Todos son varones de entre 22 y 45 años y también de nacionalidad china. Cinco de ellos fueron puestos en libertad tras declarar, entre ellos los propietarios de la finca en la que apareció el menor. El subdelegado del Gobierno en Málaga, Hilario López Luna, confirmó ayer que la operación continúa abierta y que no descarta que el delito sea obra de una "mafia organizada".

ATADO Y AMORDAZADO El secuestro de Eduardo se produjo a las diez de la noche del domingo, cuando se encontraba jugando con una prima de 5 años. Sus captores se introdujeron en la casa familiar sin forzar puertas ni ventanas y, tras dejar a la pequeña amordazada y atada, se llevaron al niño envuelto en un edredón.

Amordazado y atado, fue trasladado en el maletero de un coche hasta Alhaurín, donde el niño permaneció junto a uno de sus captores en el compartimento de una depuradora de piscina, un espacio de dos metros y medio de ancho por dos metros de alto y otros dos metros de profundidad, repleto de basura y con temperaturas de más de 45 grados. Poco después, los captores se comunicaron con el padre y le exigieron un rescate de más de 90.000 euros, que debía entregar en los lavabos de los aparcamientos de la Plaza de España de Madrid.