La feria oliventina de marzo principia en espantá . Así son las cosas en el planeta Toro. O mejor dicho, así son las cosas en el mundo de los políticos y de los dineros públicos. Este año no habrá Feria del Toro. El bicho se le ha atragantado a don Manuel Cayado . Y como todo torero que cuenta su espantá ayer prometió que el próximo año, o próximo toro, tanto monta, monta tanto, será distinto. Largo nos lo fía, don Manuel. Hay quien dice que en otras plazas el ayuntamiento oliventino se ha gastado los cuartos con el rumbo que aquí le ha faltado. Ellos sabrán. Y es que Olivenza es cosa grande. Cosa y coso. En el toro se dice su nombre con respeto. Con hondura. Y los ecos de sus olés se oyen allende los mares. No se merecía esta puñalada. Quiera Dios no sea puntilla.

Se han presentado los carteles. Ya están en los muros y en las tapias de Nogales y Almendral, de Jerez y Badajoz. Ya está aquí el run-run de los hombres valientes y las mujeres bonitas. Ya se azotan las opiniones. Ya se despiertan en sus humidores los vegueros presintiendo el fuego. Ya se reserva mesa en la tarde del miedo.

XBONITOSx carteles. Carteles primorosos. Digo yo y ha de decir cualquiera. Lo mejor del escalafón. Salvo José Tomás . Porque Olivenza es torerista. Pero no le van a la zaga las ganaderías. Ganaderías toreristas, claro. En la mesa se ha servido un menú de campanillas. O mejor, de caireles.

El sábado 7, a las cinco y media, Morante, Juli y Perera . Tres formas de entender el toreo, tres tauromaquias enteras. A Morante se le esperaba en Olivenza. Trae la seda y el embrujo. Juli torea en casa. Es de casa y trae el oficio mejor aprendido que nunca. Madurez tranquila en su muleta. ¿Y qué decir de Perera? El pasmo de Puebla del Prior. ¿Por qué del prior, habiendo tanto torero por medio? El héroe del 3 de octubre. El gigante que escribe lecciones de "Educación para la ciudadanía" en el paño de su muleta. Junto a ellos, que no enfrente, los FuenteYmbro. Perera ya le cortó un rabo a un FuenteYmbro, fue en septiembre, en Murcia. Toros de los que piden las figuras. No acabamos de empezar y ya nos falta el resuello.

El domingo 8, después de los churritos, a las doce, Espartaco, Manzanares y Cayetano . Bien puede pensar el de Espartinas que hace el paseíllo con los padres y no con los hijos. Es como una pirueta del destino. Una cabriola de la suerte. Treinta años después. Parece cosa de Dumas. Nada puede ser igual. Eso es sabido. Y no creo que nadie en sus cabales le pida al maestro, que tanto mandó en los carteles, lo que entonces nos dió. Será como oler aromas que nos traen briznas del pasado. Que nos embriagan porque nos hacen recordar momentos felices. O, al menos, porque nos hacen más jóvenes. El sitio en la cara del toro se pierde. Pero ese domingo de marzo no amanecerá hasta que Juan Antonio Ruiz Espartaco vuelva a sonreir en el coso oliventino. Y junto a él, pero siempre un pasito atrás como manda el respeto, los hijos de Manzanares y Paquirri . ¡Juventud, divino tesoro! Manzanares y Cayetano llevan camino de ser figuras del toreo. La leve elegancia del alicantino, el duende serrano del madrileño que nació rondeño. Toros de Juan Pedro Domecq , la más antigua de las ganaderías. No fue su año el pasado, pero sigue siendo gandería puntera.

XY POR LA TARDEx más. Ponce, Ferrera y Perera . Ponce heredó el cetro de Espartaco. Y Perera de Ponce. Aún hay quien dice que Ponce sigue siendo el rey. Rey de los toreros poderosos es Ferrera, de los toreros antiguos que huelen a dehesa y jara. Para muchos la alegría de la feria. Y Perera, que no es la alegría de la huerta, dobla para regocijo de todos los aficionados. Cosas que pasan. Los astados serán de Zalduendo, torito caro que viene a repetir el éxito del año pasado. Una camada larga que ya se anuncia en las mejores ferias.

Y un pero. Es verdad que echamos de menos otros nombres y otras caras. Y otros encastes. No sólo de jamón vive el hombre. Los taurinos de por aquí esperamos ver muletas que parecen ajenas a las rutas extremeñas. Lo dicho, que no sólo de jamón vive el hombre. Unos piquitos nos hubieran venido al pelo.

En fin, disfruten ustedes lo que puedan. Y si la crisis se lo permite hagan colas en la taquilla. Aflojen la bolsa. Hagan otra cola para entrar en la plaza. Sufran estrecheces en su localidad. Pasen calor y frío. Mójense si llueve. Déjense llamar matarifes por quien no les entiende. Todo sea por un instante que nos arroba y nos hace más humanos. Por un soplo torero, por un destello heroico que nos hace mejores. Por el vuelo de un capote que dice callado: ¡te quiero!