El Papa dijo hoy que ante la carestía global de alimentos, el desbarajuste financiero, el cambio climático, la violencia, el terrorismo y la miseria que obliga muchos a abandonar sus tierras, es necesario descubrir "nuevas perspectivas capaces de devolver la esperanza al hombre".

Benedicto XVI exhortó a los hombres a no rendirse ante esa "batalla pacífica" y recordó a los fieles que Cristo busca hombres y mujeres que le ayuden a afianzar su victoria con sus mismas armas, "las de la justicia, la verdad, la misericordia, el perdón y el amor".

El Pontífice hizo estas manifestaciones durante su Mensaje Pascual, que pronunció en la plaza de San Pedro del Vaticano ante unas 200.000 personas, que ocuparon también parte de la cercana vía de Conciliazione.

Tras oficiar la Misa de Pascua de Resurrección en una plaza convertida en un jardín de flores multicolores, el Papa resaltó que la resurrección de Cristo es la esperanza para el hombre y que aunque con la misma ha extirpado el mal, Jesús necesita "hombres y mujeres que le ayuden a afianzar su victoria con sus mismas armas: las de la justicia y de la verdad, de la misericordia, del perdón y del amor".

"En un tiempo de carestía global de alimentos, de desbarajuste financiero, de pobrezas, de cambios climáticos preocupantes, de violencias y miserias que obligan a muchos a abandonar su tierra buscando una supervivencia menos incierta, de terrorismo siempre amenazante, de miedos crecientes ante un porvenir problemático, es urgente descubrir nuevamente perspectivas capaces de devolver la esperanza", manifestó el Papa.

Benedicto XVI subrayó que la sociedad necesita justicia, verdad, misericordia, perdón y amor y subrayó que ese mensaje es el que ha llevado a África durante su reciente viaje a Camerún y Angola. "África sufre enormemente por conflictos crueles e interminables, a menudo olvidados, que laceran y ensangrentan varias de sus Naciones, y por el número cada vez mayor de sus hijos e hijas que acaban siendo víctimas del hambre, la pobreza y la enfermedad".

El Papa Ratzinger agregó que ese mismo mensaje lo repetirá "con fuerza" durante el viaje que realizará en mayo próximo a Tierra Santa.

Y sobre esa zona del mundo, señaló que la reconciliación entre judíos y palestinos, "aunque difícil, es indispensable" para un futuro de seguridad común y de pacífica convivencia.

El Papa invitó a las partes a proseguir de manera "renovada, perseverante y sincera" los esfuerzos para lograr una solución al conflicto israelí-palestino.

Benedicto XVI aseguró que la resurrección de Cristo permite a los hombres responder a la pregunta "¿que hay después de la muerte?" con la respuesta de que la muerte no tiene la última palabra, "ya que al final, la vida es la que triunfa".

La resurrección, según el Papa, "no es una teoría, sino una realidad histórica revelada por el hombre Jesucristo". "No es un mito, ni un sueño, no es una visión ni una utopía, no es una fábula, sino un acontecimiento irrepetible".

Benedicto XVI añadió que la resurrección de Cristo ilumina las zonas oscuras del mundo en que vivimos.

"Me refiero particularmente al materialismo y al nihilismo, a esa visión del mundo que no logra transcender lo que es comprobable experimentalmente y se abate desconsolada en un sentimiento de la nada, que sería la meta definitiva de la existencia humana".

El Papa insistió que si Cristo no hubiera resucitado, el "vacío" acabaría ganando, pero la resurrección responde a la pregunta "recurrente" de los escépticos.

El Obispo de Roma ofició la Misa de Resurrección pocas horas después de que esta medianoche celebrara la Vigilia Pascual, en la que dijo que el hombre actual vive desorientado, sin saber en que valores educar a los jóvenes y en la que pidió a Dios que no se apague su luz entre las confusiones de estos tiempos.

Concluido el mensaje, el Papa impartió la bendición "Urbi et Orbi" (a la ciudad de Roma y a todo el mundo) en 63 idiomas, entre ellos el español y el portugués. "Os deseo a todos una buena y feliz fiesta de Pascua, con la paz y la alegría, la esperanza y el amor de Jesucristo Resucitado", transmitió el Papa en español, en medio de los aplausos de los presentes.

En italiano volvió a expresar su solidaridad con las víctimas del terremoto que ha sacudido la región de los Abruzos.