Nació en Madrid pero es toledano y también extremeño. El arzobispo de Toledo y primado de España, Braulio Rodríguez Plaza, pasó ayer por Cáceres para intervenir en el II Congreso Teológico Pastoral. En el seminario cacereño, era obligado tratar la vieja demanda de la región de integrar a su patrona, la Virgen de Guadalupe, en una diócesis extremeña.

--¿Tiene futuro esta petición?

--No hay límites entre las diócesis que impidan a otros cristianos vivir su vida cristiana en Guadalupe aunque pertenezca a otra diócesis. Los límites están ahí desde hace muchos siglos, antes de que hubiera regiones que se llamarán de una manera u otra y de que existieran diócesis. Nunca ha habido discriminación y no se le pide el carnet a nadie para entrar en Guadalupe.

--¿Quién debe tomar la decisión?

--Desde luego no la Asamblea de Extremadura ni la Plataforma Guadalupex porque no es ese el ámbito. Hay tres ambientes, el eclesial que la conoce desde hace años, pero en los once meses que llevo en la diócesis de Toledo no hemos hablado de este tema. El segundo ámbito donde es el político social, con la decisión de la Asamblea de hacer un requerimiento que yo respeto pero no comparto; y también están esas plataformas ciudadanas como Guadalupex, cuyos argumentos son poco admisibles, y así lo he hablado con el presidente de Extremadura. Creo que el ámbito de decisión tiene que ser eclesial y habrá que tener en cuenta otros factores, entre los que está la gente de esas parroquias, los franciscanos que tienen la responsabilidad del monasterio. Las cosas que a veces se oyen responden poco a la realidad.

--¿El deseo puede ser realidad?

--No sé, no soy adivino. Las cosas tienen más facetas. No se pone trabas a ningún extremeño para entrar y salir de Guadalupe. No hay una provincia eclesiástica de Extremadura, está Mérida-Badajoz y sus diócesis, pero hay parte de Extremadura de la cual yo soy obispo y hay que tenerlo en cuenta y no pensar que estamos colonizando.

--¿Está en estudio al menos?

--No tengo noticias. La Santa Sede no me ha indicado nada, ni mi arzobispado, ni el Mérida-Badajoz, donde hemos hablado poquito de esto. Por supuesto el Vaticano conoce la petición que ya tiene tiempo.

--¿Y se muestra abierto a ello?

--Como no, somos personas civilizadas. Creo que la senda escogida no ha sido la mejor, pero no hay discriminación ni trabas.

--Polémicas, rumores, crisis... ¿Cómo está la Iglesia?

--Como los demás. La incertidumbre por lo económico afecta a todo el mundo y lo que hace falta es que nuestros dirigentes nos digan por donde caminar.

--¿Está abierta a recortes?

--En el presupuesto de las 78 diócesis colaboran los cristianos con el IRPF y no viene de las arcas del Estado. Todo lo que viene del Fondo Interdiocesano se distribuye entre las diócesis y eso supone 253 millones de euros (25 o 30% de su presupuesto), si el Estado quisiera reducir eso tendríamos que hablarlo, pero es una gota de agua en un océano. También es importante ver lo que la Iglesia hace para dar una atención primaria a gente necesitada que es obligación de los gobiernos y lo está haciendo la Iglesia, ahorrándoselo a los poderes públicos.