"Si te mentalizas bien tienes logrado el ochenta por ciento, luego ya es cuestión de fondo, piernas y un poco de suerte para recorrer los 1.000 kilómetros en seis días". Así resume Juan María Fuentes, hijo adoptivo de Ceclavín desde hace más de 30 años, su hazaña llevada a cabo recientemente pedal a pedal desde Cataluña hasta tierras extremeñas. Una distancia larga, intensa y heroica que da para mucho. El afán de superación y "adentrarse en aventuras nuevas", confiesa, han sido los dos principales motivos que le han empujado a vestirse de gala para iniciar su particular e inédito Tour en solitario. "Llevaba una camiseta y un pantalón corto de licra que cada día por la noche me lo tenía que lavar", recuerda.

Kilómetros y kilómetros de asfalto eran vencidos cada día por el esfuerzo y el tesón de este catalán casado con una ceclavinera y aficionado al ciclismo. "Los dos primeros días el fuerte aire me agotó mucho, pero el tercer día el tiempo ya me acompañó y pude recorrer 200 kilómetros a diario hasta llegar aquí", explica. Entre tanto kilometraje y carretera es fácil desorientarse, por eso y para no salirse de la ruta más exacta, le ha acompañado un elemento imprescindible: El GPS. "Lo llevaba conmigo en todo momento", explica mientras señala su bicicleta de marca Orbea a la que solo le incorporó un pequeño bolso de mano en el que guardaba una ligera chaqueta "por si hacía frío", afirma.

La soledad ha sido uno de los principales enemigos a los que Juan María ha tenido que enfrentarse día y noche durante su extenso recorrido y para combatirla cualquier idea era válida. "Me ponía a cantar o a dar cuatro gritos", manifiesta, eso sí, sin quitar nunca la mirada de los camiones, uno de sus mayores rivales. "Intentas hacer de todo para distraerte, para que el camino no se te haga pesado, pero siempre había que estar atento a la carretera por el peligro que suponían los camiones cuando pasaban cerca de ti ya que te movían un poco con la fuerza del aire que provocaban".

Su hazaña estos días le han convertido en el ciclista más aclamado en Ceclavín, un pueblo cacereño enclavado en el Valle del Alagón que visita cada vez que puede y al que le une no solo su mujer, natural del pueblo, sino la estrecha relación con Pedro Martín, su futuro consuegro y actual alcalde quien no dudó en recibir a Juan María con los brazos abiertos y a pie de carretera tras estar seis días pedaleando. "Es un caso insólito, es una hazaña que no se ve todos los días", comentaba el alcalde, mientras posaba junto al héroe del día junto a la bicicleta que ahora permanece guardada en una casa de Ceclavín. Mientras, Juan María, ya ha regresado a Cataluña, eso sí, en coche y en AVE, una comodidad merecida tras lograr su mayor hazaña en tierras extremeñas.