Periodistas, deportistas, políticos y representantes del mundo taurino se unieron ayer en el dolor a los familiares y amigos del histórico locutor de la radio española Matías Prats Cañete, fallecido el miércoles por la noche en Madrid a los 90 años.
La viuda del radiofonista, Emilia Luque, y sus hijos, Juan Jesús, María del Carmen y el periodista Matías recibieron las numerosas muestras de condolencia en el tanatorio La Paz de Alcobendas, donde se instaló la capilla ardiente del maestro de periodistas y voz de la historia reciente del país, tanto desde RNE como TVE y el desaparecido No-Do.
En representación del Gobierno acudió la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega: "He venido --dijo-- a transmitir las condolencias del Gobierno por la irreparable pérdida que supone la desaparición de Matías Prats, maestro de periodistas cuya voz forma parte de la historia del país". Los Reyes enviaron un telegrama de condolencia a la viuda y a sus hijos.
Entre los numerosos periodistas que pasaron por la capilla ardiente estaban Luis del Olmo, Iñaki Gabilondo, José María García, Javier González Ferrari, Fernando González Urbaneja, Jordi García Candau, o Ernesto Sáenz de Buruaga.
José María García ensalzó el "magisterio indiscutible" de Prats y "el estilo que creó, con cientos y cientos de imitadores".
Florentino Pérez, presidente del Real Madrid; el exjugador del club blanco y comentarista de TVE José Miguel González Michel; el corredor de rallys Carlos Sainz; el diestro Palomo Linares, o la actriz Carmen Sevilla, también despidieron al periodista.
Florentino Pérez definió a Prats como "la voz de España durante este siglo". Recordó su vinculación con el Real Madrid, pero subrayó que en él primó siempre "la profesionalidad".
Matías Prats será enterrado hoy en su pueblo, Villa del Río (Córdoba), meses antes de la inauguración del museo al que ya se le iba a poner su nombre.
Además, la Federación Territorial Extremeña de Fútbol se sumó a la petición de la federación nacional y pide a clubs y árbitros que guarden unos instantes de silencio antes de los partidos en la próxima jornada.
