UN HOMBRE de 51 años, Fernando Navarro Blanco, se encaramó ayer a una grúa de obra en una céntrica calle de Salamanca, a unos 40 metros de altura, en protesta por el ingreso, el viernes, de su hijo Alejandro, de 19 años, en la prisión de Topas. En sus declaraciones, calificó de "injusticia" el internamiento de su hijo por un presunto delito de malos tratos en el centro penitenciario, ya que, según dijo, "ni a la familia, ni a su abogada" se les había comunicado ninguna sentencia. El joven, añadió su progenitor, y su novia se habían agredido mutuamente, lo que fue denunciado. EFE