La iniciativa del Gobierno también actualiza la lista de plásticos que se pueden usar para empaquetar la comida y evitar riesgos para la salud humana. Por ejemplo, para una alimentación más correcta de los lactantes se han fijado las cantidades máximas o mínimas y el contenido de proteínas de los preparados destinados a ellos.

Los productos que completan las dietas médicas son asimismo objeto de una regulación más severa. A partir de ahora solo podrán anunciar su acción sobre la sensación de hambre o saciedad si las empresas aportan pruebas científicas que lo justifiquen.