Un británico encarcelado por el asesinato de una amiga, ha asegurado en una carta al periódico Daily Mirror que se comió el cadáver de la víctima tras descuartizarla en su piso de Calpe (Alicante). Paul Durant, de 44 años, que ya había confesado el crimen de Karen Durrell, pero nunca se halló el cadáver, relata: "Después de matarla, corté su cuerpo en pequeños trozos y me comí todo lo que era comestible". También dice recibir mensajes divinos.