LA ORGANIZACION ecologista asegura que la Autoridad Portuaria de Cartagena ha negado el atraque de su buque insignia, el Rainbow Warrior, sin dar motivos razonables y a pesar de que la Capitanía Marítima sí le permite entrar en las aguas de la ciudad. Greenpeace opina que detrás está la presión de los atuneros.