TLtas historias más curiosas de esta semana han estado marcadas por la letra ge. Gallardón, Aguirre y la gripe. Si hacemos caso a los expertos en grafología, la ge es una de las letras más reveladoras. La forma en la que trazamos sus rasgos, la manera en la que dibujamos sus curvas, puede sacar a la luz muchas cosas ocultas de nuestra personalidad. Los estudios aseguran que en la parte superior se puede ver el romanticismo, lo racional, mientras que la inferior muestra la sexualidad, lo irracional. Así, si la vemos escrita con el rabito más largo podremos descubrir que su autor es un tanto salvaje, y si, por el contrario, la letra se muestra pequeñita, estaremos ante alguien romanticón. Pero, además, la forma en la que plasmamos las ges en un papel nos descubre también otras situaciones con ges: el gustito o el gatillazo (depende del rabito). Y eso es, seguramente, lo que ocurrió en la reunión que tuvieron Gallardón, Aguirre y Rajoy (que no tiene apellidos con ge, pero es gallego), que unos se dieron el gustito y otros la cagaron a gatillazos (con toda su ge gruesa y con rabo grande). Estas cosas me llaman tanto la atención porque soy un tipo marcado por la ge (Diego González ). Me he estudiado y he descubierto que mis ges tienen un rabito medio, lo que me lleva a pensar que soy un poco indefinido, o que me encuentro a medio camino entre el gustirrinín y el gatillazo, que es como debe haberse quedado Rajoy con el tema de Gallardón: a medias. Total, que hemos tenido una semana muy sexual y romántica, con su puntito g y todo, aunque ahora Rajoy dice que estas historias aparecidas en la prensa son leyendas urbanas, lo mismo que pensamos los que no hemos encontrado la letra de ese mítico punto. Y ustedes se preguntarán ¿y la gripe? Mejor, gracias.