Rafael Martos, o sea Raphael, ya tiene hígado nuevo. Y, en principio, los médicos son optimistas. Ayer se le retiró la respiración asistida tras superar un trasplante de hígado. Todavía estará unos tres días más en la UCI y hospitalizado un mínimo de 15 días. Cuando esté recuperado del todo, nada le impedirá volver a los escenarios. "Eso ya será cosa suya", dijeron los médicos.

Desde que hace meses le fue detectada una grave dolencia en el hígado provocada por un virus y que, además, afectaba también al riñón, un equipo del hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid hizo numerosas pruebas para ver si algún familiar o amigo de Raphael podía donar una parte de su hígado para realizar el trasplante. Todas las pruebas resultaron negativas. Sin embargo, una salió bien.

Los médicos no revelaron ayer la identidad de la persona que hasta ayer estaba previsto que fuera la donante. "Todo estaba preparado para realizar la operación la semana que viene", explicó el jefe de cirugía del aparato digestivo del 12 de Octubre, Enrique Moreno.

HIGADO DE UN FALLECIDO

Sin embargo, el martes pasado se recibió el hígado de un donante muerto. Los médicos realizaron las pruebas de idoneidad comparando grupos sanguíneos, peso y tamaño. De los 40 pacientes que están en lista de espera en el 12 de Octubre, Raphael era "el más idóneo".

Los cirujanos llamaron por la tarde al artista --que estaba durmiendo la siesta-- y le explicaron la posibilidad de intervenirle esa misma tarde. "Normalmente, los resultados son mejores cuando el donante es una persona viva. En estas operaciones se trasplanta una parte del hígado y no todo el órgano como en el caso de los donantes muertos pero, cuando el paciente está muy grave --dijo el doctor Moreno--, el tiempo es un factor fundamental. En estos casos, la familia del paciente es la que decide".

La mujer y los tres hijos de Raphael optaron por una operación inmediata. El artista, que llevaba tres meses en lista de espera, estaba "muy grave" y su vida "corría peligro", según el cirujano. Raphael recibió ayer la visita de su esposa, Natalia Figueroa, y sus hijos (en la foto, Natalia y su hijo Jacobo, saliendo en coche del hospital). Una portavoz de los Martos dijo que la familia estaba "contenta y tranquila": "Hoy (por ayer) hemos recibido miles de llamadas. Eso da idea de lo que la gente le quiere".