El descomunal incendio que devoró la madrugada de ayer el rascacielos Windsor de Madrid ha obligado a cerrar, como mínimo hasta el miércoles, el acceso a todo su entorno, un tercio del centro financiero de la capital y uno de los puntos neurálgicos. Las autoridades aseguran que el enorme esqueleto humeante en que se ha convertido el edificio se encuentra en una situación "crítica" y no puede descartarse que se desplome sobre los edificios colindantes.

La columna vertebral de la torre, de hormigón armado, es lo único que ayer seguía en pie después de más de 21 horas de incendio en las que se rondaron los 800 grados. El resto del rascacielos fue pasto de las llamas, que anoche seguían ardiendo en algunos puntos.

Hasta que el fuego esté completamente extinguido y los técnicos puedan examinar el edificio no se conocerá su estado real, aunque todos los expertos aseguraron que tendrá que ser demolido. Una operación que será "complejísima" por la proximidad de otras construcciones.

El aislamiento decretado puede causar un colapso de enormes proporciones en el centro de la capital. No sólo estará cortada una arteria clave en la comunicación este-oeste --la avenida de Raimundo Fernández Villaverde--, sino que tres líneas de metro, entre ellas la que lleva a Barajas, y una conexión ferroviaria quedarán suspendidas.

Nadie podrá entrar tampoco en los edificios más próximos, como El Corte Inglés, la sede de la aseguradora La Estrella y las numerosas tiendas de la calle de Orense. También estará vetado el acceso al enorme laberinto subterráneo comercial y de ocio que hay bajo la zona afectada.

Para el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón (PP), el incendio ha sido "el mayor registrado en Madrid, pero no el más grave porque no ha habido víctimas mortales". De hecho, y a pesar de la espectacularidad de las llamaradas, sólo siete de los 180 bomberos que trabajaron en la extinción resultaron heridos leves a causa del humo.

A lo largo de la semana, los investigadores tratarán de aclarar las causas del suceso. Ruiz Gallardón subrayó que se barajan dos hipótesis. Pudo tratarse de un "suceso fortuito" como, por ejemplo, un cortocircuito. O bien de una "negligencia de personas que estuvieran en la planta" minutos antes.

Los bomberos recibieron la primera llamada de aviso a las 23.21 horas del sábado. Fue un vigilante el que alertó desde la planta 25. A esa hora no había ninguna persona en el piso en el que se declaró el incendio, el número 21. Sin embargo, no está claro cuándo empezó.

VIGILANTES DESBORDADOS El propietario del rascacielos, Florentino Reyzábal, dijo que "las alarmas funcionaron". Según sus datos, el personal de vigilancia de la empresa Prosegur y el equipo de mantenimiento acudieron a la planta 21, pero se vieron desbordados.

La tesis de Reyzábal fue apoyada por varios bomberos que participaron en las labores de extinción. En su opinión, el hecho de que los vigilantes intentaran apagar el fuego sin avisar a los servicios de emergencia provocó la expansión de las llamas de tal manera que cuando los bomberos llegaron --4 minutos después de recibirse el aviso-- "no había nada que hacer". Además, con toda probabilidad, los vigilantes cometieron el error de "dejar las puertas abiertas".

Cuando llegó el primer retén, un grupo de bomberos subió a la planta 21. Cinco de ellos quedaron atrapados y otros compañeros tuvieron que rescatarlos. Fue entonces cuando se decidió cambiar la estrategia y esperar a que el fuego se autoextinguiera. Mientras, los bomberos intentaron que las llamas no saltaran a los edificios colindantes. "Es lo único que se puede hacer en una situación así. Intentar apagarlo es imposible", comentó en la zona un bombero tras destacar que las mangueras sólo llegaban a las primeras plantas.

El alcalde de Madrid aseguró que el incendio se propagó con virulencia porque la torre carecía de sistemas de extinción automática.

Para conocer los detalles del operativo y felicitar a los servicios de emergencia, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, visitó la zona afectada y ofreció "todos los medios del Ejecutivo".