Trece lápidas de niños muertos en centros de reforma, colocadas ayer en la Plaza de las Cortes de Madrid por la Coordinadora de Barrios, pretenden llamar la atención de los dirigentes políticos ante la "lamentable" situación en la que se encuentran más de 30.000 menores sometidos a medidas de protección.

Iñigo Ortiz, portavoz de esta plataforma, ha declarado en una rueda de prensa que el fallecimiento de estos niños, en los últimos cinco años, es el "más dramático" síntoma de la "incapacidad" del sistema de protección para dar respuesta a las necesidades de personas que proceden de los sectores sociales más desfavorecidos.

Este acto es el primero de una protesta de veinticuatro horas en solidaridad con los niños "presos" en recintos donde se "tortura", como puso de manifiesto el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica.