Las relaciones entre Iglesia y Estado son "correctas formalmente", según el episcopado, como demuestran los contactos entre el Gobierno y la Santa Sede. Pero Martínez Camino recordó que eso no impide la oposición a las leyes del aborto y el matrimonio homosexual. Para el portavoz, son dos asuntos a revisar "porque no es propio de una legislación civilizada considerar un derecho quitar la vida a un ser humano que va a nacer".