El temor a que el yoyó de goma que masticó un niño de Sabadell fuera tóxico ha desvelado que uno de los juguetes de máxima difusión en toda Europa, conocido como Water Ball o Meteorite, es, efectivamente, un peligroso tóxico si además de manipularlo se chupa. La madre del pequeño comunicó su preocupación a la Generalitat que, tras analizar el objeto, lanzó ayer una alerta europea para que el yoyó sea retirado del mercado y de las manos de los niños.

En Cataluña, se han distribuido desde enero más de 40.000 unidades de este juguete, que se compone de una bola blanda con púas también de goma, rellena de agua con jabón. El tóxico está en la superficie gomosa, que contiene una sustancia química volátil, un disolvente susceptible de intoxicar. La alerta se lanza antes de que exista constancia de que ha habido niños afectados.

El yoyó se ha vendido a 1,70 euros (283 pesetas) en quioscos, papelerías, tiendas multiprecio (todo a cien) y jugueterías. Los patios de las escuelas y las aulas están inundados de Water Ball desde hace semanas.

Ha sido precisamente esa distribución masiva la que aconsejó una prohibición pública por parte de la Generalitat, aseguró Josep Tous, director general de Consum. "En otros casos, ordenamos la retirada de un producto comunicándolo a los vendedores, pero este yoyó está tan de moda que hemos considerado necesario advertir directamente a las familias", añadió.