El rey Felipe llamó ayer a todos los españoles a trabajar, "cada uno con su propia personalidad, en un proyecto integrador, sentido y compartido por todos, y que mire siempre hacia adelante". Treinta y cuatro años después de su primer discurso público como príncipe de Asturias con motivo de la entrega de los premios homónimos, Felipe se dirigió ayer por primera vez a los más de 1.500 invitados que llenaban el Teatro Campoamor de Oviedo en su nueva condición de Monarca, por lo que no fue extraño que sus palabras incidieran en algunos argumentos que ya marcaron su discurso de coronación, el pasado 19 de junio, y que no son ajenos a las actuales tensiones políticas y territoriales.

Así, Felipe recalcó que "respetar y observar el marco constitucional y democrático es la garantía de la convivencia en libertad" y, tras destacar la necesidad de mirar a la historia "con serenidad, objetividad y sabiduría", instó a reconocer "sus luces y sus sombras" para "no repetir los errores del pasado". El Rey subrayó que España jamás había alcanzado "el caudal de progreso conseguido con el empuje de todos y llamó a sentirse "orgullosos" de ello. También tuvo un reconocimiento "al enorme sacrificio" de muchos españoles para "superar todos juntos una de las crisis económicas más profundas".

Previamente, el Monarca glosó a los premiados de este año: el arquitecto Frank O. Gehry (Artes), autor del Museo Guggenheim de Bilbao; el hispanista francés Joseph Pérez (Ciencias Sociales), de quien elogió "el altísimo valor científico" de sus estudios sobre la edad moderna, y el padre de Mafalda, el dibujante argentino Joaquín S. Lavado, Quino, capaz de "transmitir valores educativos universales" con sus personajes.

También el químico español Avelino Corma (Investigación), premiado junto a los estadounidenses Mark E. Davis y Galen D. Stucky por las aplicaciones que sus trabajos han tenido en campos como la reducción de emisiones, la mejora de los alimentos y el refinado del petróleo; el escritor irlandés John Banville (Letras), "autor de prosa muy trabajada", y la periodista congoleña Caddy Adzuba (Concordia), por sus denuncias de las torturas y violaciones de las que son víctimas las mujeres y las niñas de su país. Y, finalmente, el programa educativo de intercambio Fulbright (Cooperación Internacional), patrocinado por el Gobierno de EEUU, y el maratón de Nueva York (Deportes), "un auténtico ejemplo de la grandeza de avanzar juntos".

CAMBIO DE NOMBRE Los de ayer fueron los últimos Príncipe de Asturias convocados con la actual denominación. El patronato de la fundación que entrega los galardones aprobó convocarlos a partir de la próxima edición como premios Princesa de Asturias, para acomodar el nombre al de la actual heredera de la Corona, Leonor, hija mayor de los Reyes. El actual jefe del Estado tenía 13 años cuando, en 1981, entregó sus primeros galardones, pero la Casa del Rey pone especial cuidado en no fijar una edición concreta para que la actual Princesa haga lo propio y aboga por abordar esta cuestión con "calma" y "sentido común".