´LA LUZ PRODIGIOSA´

DIRECTOR Miguel Hermoso. INTERPRETES Alfredo Landa, Nino Manfredi. PAIS España. AÑO 2002. SALAS: Cáceres

Qué habría pasado de sobrevivir Federico García Lorca al odio fascista? ¿Qué habría ocurrido si las balas nacionales le hubieran dejado muy malherido en vez de muerto, y si por aquel camino ensangrentado pasará entonces un joven pastor granadino que lo recogiera, curara y escondiera en su casa?

¿Que sería después del casi moribundo poeta, cuando el muchacho fue enviado a batallar en el frente bélico y tuvo que dejarlo en un asilo religioso?

Sobre todas estas conjeturas se basó Fernando Marías para escribir una novela que él mismo, en calidad de guionista, adaptó posteriormente para la versión cinematográfica realizada por el director Miguel Hermoso.

El punto de partida de esta película es, sin lugar a dudas, excelente, no así el desarrollo de una trama que juega siempre con la ambigüedad.

La luz prodigiosa tiene una buenísima historia que avanza algo torpemente hasta su espasmo final, donde Hermoso recupera el brioso pulso inicial, cuando filma con una luz amarillenta, casi quemada, el fusilamiento, la aparición del pastor y la callada relación entre éste y el superviviente, herido en la cabeza hasta perder la razón.

Es cuatro décadas después, cuando el pastor adquiere los rasgos más severos de un excelente Alfredo Landa, que la teórica fantasía sobre la posibilidad de que Federico García Lorca no muriera adquiere fuerza.

Aquel hombre malherido sigue vagando por las calles de la ciudad de Granada, ahora con el aspecto del actor italiano Nino Manfredi.

CONOCIMIENTO

Los dos personajes se reencuentran, y empieza entonces una relación de conocimiento, por lo que respecta al antiguo pastor, que apenas sabía nada de Lorca y su obra, y de indagación de historia y de ficción.

Las pesquisas del personaje de Kiti Manver, empeñada en sacar tajada económica de la posible noticia, descompensan una balanza agridulce. La película sugiere mucho pero, por desgracia, no acaba nunca de calar.