El shar-pei, ese exótico perro de pelo corto y piel arrugada originario de China, se ha convertido en víctima de su propia estética. Su principal atractivo, las arrugas, predisponen a esta raza a ciertos problemas de salud, sobre todo dermatológicos y respiratorios. Un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona, dirigido por Lluís Ferrer y Anna Bassols, publica hoy dos trabajos en los que desvela el origen genético de las arrugas de estos perros. Los resultados permitirán diseñar programas de reproducción orientados a evitar que los animales sufran ciertas dolencias.

Los apreciados pliegues de los shar-pei se deben a la acumulación cutánea de una substancia llamada ácido hialurónico --paradójicamente, uno de los ingredientes estrella de muchas cremas antiarrugas--. El exceso en estos perros les causa una enfermedad conocida como mucinosis cutánea hereditaria, común en los shar-pei más arrugados. Los trabajos, publicados hoy en las revistas Veterinary Dermatology y Journal of Heredity , constatan que la mucinosis se debe al exceso de estos depósitos, pero destacan en particular por la identificación del gen que origina esta dolencia --el HAS2--. El grupo de Ferrer y Bassols ha descubierto que las enzimas que fabrican ácido hialurónico lo hacen en exceso ante la sobreexpresión de ese gen.

PERSECUCION Durante el régimen comunista chino, los animales de compañía fueron perseguidos al considerarse un lujo innecesario, primero, y parte de la dieta, más adelante. En consecuencia, la población de shar-pei se redujo hasta casi extinguirse en la década de los 60. Para evitar su desaparición, un criador de Hong Kong mandó unos 15 ejemplares a Estados Unidos. "Los shar-pei con más problemas de salud son los que proceden de los supervivientes chinos al tener estos un pelo más rígido, que pincha más y que combinado con los pliegues causa más enfermedades de la piel", explicó ayer Rosa Bellés, colaboradora del proyecto.

En cambio, los shar-pei americanos se cruzaron con otras razas para obtener perros más comerciales, parecidos a un peluche, de pelo más suave y más pliegues en la madurez. Bellés aclaró que ciertas enfermedades en estos ejemplares también son comunes, ya que el exceso de ácido hialurónico en el rostro puede causar problemas respiratorios y oculares. Pese a la mezcla actual entre las líneas china y americana, la elevada consanguinidad, al derivar los shar-pei de unos pocos individuos, causa otros males hereditarios, como la amiloidosis, un fallo renal que puede ser mortal. Bellés criticó a quienes crían estos perros "solo para ganar dinero, sin hacer una selección genética adecuada".